El 30 de diciembre se rompió el récord mundial de buceo en cuevas en Salses-le-Château, en los Pirineos Orientales. Xavier Méniscus, un verdadero explorador de los tiempos modernos, descendió 286 metros de profundidad en el abismo de Font Estramar, un gran laberinto inundado. El récord anterior lo tenía un sudafricano que lo había alcanzado (en su país) a 282 metros.
Un lugar muy hostil, fue desde 2013, la cuarta inmersión de este hombre de 51 años, en este abismo mundialmente famoso de especialistas en buceo subterráneo.
"Tienes que imaginar un túnel largo, a veces bastante ancho, a veces muy estrecho, completamente en la oscuridad y sin ningún ruido"
Cousteau habló del mundo del silencio para el buceo en el mar, el buceo en espeleología, es aún peor ...
"Es el lugar más hostil del mundo con espacio. Todavía puedes encontrar vida allí, en particular pequeños camarones de aproximadamente un centímetro de largo"
explica Xavier Méniscus, ex nadador de alto nivel en Font-Romeu. y buzo profesional por más de treinta años.
Para alcanzar los 286 metros de profundidad, yendo de galeria en galeria solo necesito 22 minutos pero para volver a subir, ¡tardó 10 horas 30 minutos! "
A esta profundidad, se deben respetar muchas etapas de descompresión para evitar accidentes que pueden ser fatales",
En agua a 18 grados, por lo tanto, es necesario resistir el frío, ¡por lo tanto, un traje impermeable e incluso pequeños calentadores eléctricos en ciertas prendas! Para evitar perderse en la oscuridad, el buzo también estaba equipado con un cable para encontrar su camino. Dos miembros de su equipo también estaban allí para acompañarlo durante ciertas etapas durante el ascenso, en particular al menos 135 metros. Sin embargo, Xavier afirma no perseguir los registros.
Sus inmersiones permiten determinar la topografía de estos abismos y conocer con precisión el paso del agua dulce.
En un contexto de calentamiento global y con sequías cada vez más severas, es importante conocer este recurso para poder usarlo algún día", dice el ex nadador, del centro de entrenamiento Font-Romeu.
Durante su descenso, Xavier Méniscus descubrió un nuevo pozo en el abismo de Font Estramar. Es tradición para él y su equipo bautizarlo. Quizás estos entusiastas elijan el nombre de uno de los dos buzos que han muerto en los últimos años en este abismo catalán.
Un lugar muy hostil, fue desde 2013, la cuarta inmersión de este hombre de 51 años, en este abismo mundialmente famoso de especialistas en buceo subterráneo.
"Tienes que imaginar un túnel largo, a veces bastante ancho, a veces muy estrecho, completamente en la oscuridad y sin ningún ruido"
Cousteau habló del mundo del silencio para el buceo en el mar, el buceo en espeleología, es aún peor ...
"Es el lugar más hostil del mundo con espacio. Todavía puedes encontrar vida allí, en particular pequeños camarones de aproximadamente un centímetro de largo"
explica Xavier Méniscus, ex nadador de alto nivel en Font-Romeu. y buzo profesional por más de treinta años.
"22 minutos de descenso y ... 10,30h en subir"
Para alcanzar los 286 metros de profundidad, yendo de galeria en galeria solo necesito 22 minutos pero para volver a subir, ¡tardó 10 horas 30 minutos! "
A esta profundidad, se deben respetar muchas etapas de descompresión para evitar accidentes que pueden ser fatales",
En agua a 18 grados, por lo tanto, es necesario resistir el frío, ¡por lo tanto, un traje impermeable e incluso pequeños calentadores eléctricos en ciertas prendas! Para evitar perderse en la oscuridad, el buzo también estaba equipado con un cable para encontrar su camino. Dos miembros de su equipo también estaban allí para acompañarlo durante ciertas etapas durante el ascenso, en particular al menos 135 metros. Sin embargo, Xavier afirma no perseguir los registros.
Sus inmersiones permiten determinar la topografía de estos abismos y conocer con precisión el paso del agua dulce.
"Un tercio del agua dulce del planeta es subterránea"
En un contexto de calentamiento global y con sequías cada vez más severas, es importante conocer este recurso para poder usarlo algún día", dice el ex nadador, del centro de entrenamiento Font-Romeu.
Durante su descenso, Xavier Méniscus descubrió un nuevo pozo en el abismo de Font Estramar. Es tradición para él y su equipo bautizarlo. Quizás estos entusiastas elijan el nombre de uno de los dos buzos que han muerto en los últimos años en este abismo catalán.
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