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martes, 18 de noviembre de 2014

Científicos rusos descienden por primera vez al 'fin del mundo'

Los investigadores han esperado a que el frío congele las paredes y el lago interior del gran pozo descubierto el pasado verano en Yamal, Siberia





Los científicos del Centro Ruso de Exploración del Ártico han explorado por primera vez el interior del pozo o cráter conocido como El fin del mundo, un singular agujero en la roca y el permafrost descubierto el verano pasado en el distrito autónomo ruso de Yamal-Nenets, en Siberia. Después de las primeras observaciones realizadas desde la parte superior del foso, los investigadores llevaron a cabo la semana pasada el primer descenso, aprovechando que la zona es ahora mucho más segura por el efecto del hielo que ha estabilizado las paredes y el interior de este gran agujero.

Los científicos han podido bajar ahora con relativa facilidad hasta los 10,5 metros de profundidad, donde se encuentra la base de un lago interior. "Nos las arreglamos para bajar por las paredes del embudo, recoger muestras y volver a la superficie, todo fue un éxito", ha explicado Vladimir Pushkarev, a


"Llevamos a cabo todo los sondeos que habíamos planeado, y realizamos mediciones. Ahora los científicos necesitamos tiempo para procesar todos los datos y sólo entonces podremos sacar conclusiones ", agregó el científico ruso.

Si bien está prevista la próxima expedición para abril de 2015, los expertos creen que en verano estos cráteres podrían convertirse en pequeños lagos. El cráter visitado la semana pasada es el mayor de los tres agujeros conocidos en Yamal, tiene un diámetro de 60 metros y el nombre asignado significa "El fin del mundo" en el idioma Nenec.

"De momento no vemos nada peligroso en la repentina aparición de este tipo de agujeros, pero tenemos que estudiar de manera adecuada para estar absolutamente seguro de que entendemos la naturaleza de su aparición", ha indicado Pushkarev.



El misterioso foso hallado en Siberia Occidental tiene unos 70 metros de profundidad y cuenta con un lago helado en el fondo. Con respecto a su diámetro, éste es algo menos de lo que se calculaba al principio. El agujero no es circular, sino ovalado, lo que significa que no tiene un diámetro constante. La mayor distancia registrada es de unos 60 metros -se había apuntado en un primer momento que tenía unos 80 metros de diámetro-. Estos son los datos que han facilitado los primeros científicos que han visitado la zona, en la Región Autónoma de Yamal-Nenets.

Los investigadores están ahora rastreando imágenes de satélite de Rusia para fijar el momento en que se formó el agujero. Se calcula que el foso se creó como mucho hace dos años, según el The Siberian Times. Eso sí, los científicos aseguran que el misterioso cráter fue originado por un "fenómeno natural".

"Hay hielo en el interior del cráter que se descongela gradualmente bajo el sol. El agua fluye hacia abajo por los laterales. El cráter está formado por hielo en un 80%", relata Andrey Plejánov, investigador del Centro Científico Estatal de Investigación del Ártico.
"Estamos analizando fotografías espaciales para averiguar la hora exacta de su formación. Hemos tomado muestras del suelo y de hielo que ya están en el laboratorio. Estamos seguros que el cráter apareció hace relativamente poco tiempo, tal vez un año o dos atrás; por lo que es una formación reciente, no estamos hablando de decenas de años atrás. ¿Podría estar relacionado con el calentamiento global? Tenemos que continuar nuestra investigación para responder a esta pregunta", añade.

La teoría más factible ahora mismo es que el foso se formó por fuerzas internas, no externas. "Podemos decir con seguridad que bajo la influencia de los procesos internos hubo una eyección en el permafrost -capa del suelo permanentemente congelada en las regiones polares-. Quiero hacer hincapié en que no se trató de una explosión, sino de una eyección, así que no hubo calor liberado", explica Plejánov.

Este investigador ha puesto sobre la mesa la teoría sobre la que trabajaban los científicos en la década de los ochenta y que ha "permanecido olvidada por muchos años". "Defendían que un número de lagos de Yamal se formaron exactamente por el mismo proceso natural que parece estar sucediendo ahora en el permafrost. Este tipo de procesos tenían lugar hace unos 8.000 años. Tal vez éstos se están repitiendo hoy en día. 

Si se confirma esta teoría, podemos decir que hemos sido testigos de un proceso natural único que formó el paisaje inusual de la península de Yamal". 

Plejánov descarta que el agujero sea obra de la mano del hombre. "No había ningún rastro de impacto antropogénico cerca del cráter, no había rastro de presencia humana, a excepción de muy pocas huellas de trineo y, por supuesto, rastro de renos".

También rechaza el halo de misterio que rodea al foso. "No hay nada misterioso en ello. No hay sentimientos extraños e inexplicables allí, volvimos sanos y salvos. Es simplemente la ley de la madre naturaleza con su presión interna y los cambios en las temperaturas".

 Eso sí, añade que nunca había visto nada igual. 




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