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lunes, 25 de agosto de 2014

La gran mentira de la inocuidad de las sustancias químicas del fracking




La fractura hidráulica está una vez más en apuros.


Los científicos han descubierto que las sustancias que se inyectan en la roca rica en hidrocarburos como parte de la técnica de la fractura hidráulica para liberar el gas y petróleo atrapado en los depósitos subterráneos, puede no ser totalmente saludable. 




El ingeniero ambiental William Stringfellow y sus colegas en el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley y la Universidad del Pacífico dijo en la reunión de la American Chemical Society en San Francisco que han examinado bases de datos e informes para compilar una lista de sustancias químicas comúnmente usadas en fracking.


Dichos aditivos, que son necesarios para el proceso de extracción, incluyen: ácidos para disolver minerales y abrir grietas en la roca; biocidas para matar bacterias y prevenir la corrosión; geles y otros agentes para mantener el fluido al nivel de viscosidad adecuado a diferentes temperaturas; sustancias que evitan que las arcillas se dilaten o desplacen; destilados para reducir la fricción; ácidos para limitar la precipitación de óxido en metales.


Uso doméstico
Algunos de estos componentes —por ejemplo, sal común, ácido acético y carbonato de sodio—son usados habitualmente en hogares alrededor del mundo. 
  
Pero los investigadores hicieron una lista de 190 de estas sustancias, y analizaron sus propiedades. Existe escasa información sobre los potenciales riesgos para la salud de alrededor de un tercio de estas sustancias y ocho de las mismas se consideran tóxicas para los mamíferos. 
  
La fractura hidráulica es una técnica altamente controvertida, y no ha recibido el visto bueno de las sociedades científicas. 
  
Los sismólogos han advertido que dichas operaciones podrían desatar terremotos, y los endocrinólogos han advertido que algunos de los químicos usados son conocidos disruptores hormonales, y probablemente representen un riesgo a la salud si llegan a las fuentes de agua subterránea. 


Los operadores de la industria refutaron esos argumentos afirmando que sus técnicas son seguras, e involucran componentes inocentes usados con frecuencia en la fabricación de comida procesada e incluso de helado. 
  
Pero el cocktail preciso de químicos usados por cada operador es a menudo un secreto industrial, y  el parlamento de Carolina del Norte incluso consideró la sanción de una ley que tipifica como un delito grave revelar detalles de la mezcla del fluido de fractura.


Por eso el equipo de Lawrence Berkeley comenzó su investigación con la esperanza de dirimir algunos aspectos de la disputa. 

Historia real 
  
El Dr Stringfellow explicó: “El sector industrial estaba diciendo, ‘solo usamos aditivos para alimentos, básicamente estamos haciendo helado aquí’.

Del otro lado hay una discusión acerca de la inyección de miles de sustancias químicas tóxicas. Como científicos, observamos el debate y nos preguntamos ¿Cuál es la verdadera historia?”

La historia que se desató fue que los argumentos, tanto la industria cuanto los ambientalistas, podrían tener fundamento. Pero existen también algunas salvedades. Ocho sustancias fueron identificadas como toxinas e incluso algunos químicos inocentes podrían representar un verdadero riesgo para las fuentes de agua. 
  
Usted no puede coger un camión lleno de helado y dejarlo a merced de la escorrentía en una tormenta,” afirmó el Dr Stringfellow. “Incluso los fabricantes de helado tienen que someter a tratamiento sus desechos industriales, que son naturales y biodegradables. Deben reducirlos, en lugar de liberarlos directamente en el ambiente. 
  
Existe una cantidad de sustancias químicas, como los inhibidores de la corrosión y biocidas en particular, que están siendo usados en concentraciones razonablemente elevadas que podrían tener potenciales efectos adversos. Los biocidas, por ejemplo, diseñados para matar bacterias —no son un material benigno.”

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