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lunes, 26 de agosto de 2013

El Gobierno recurre a voluntarios tras la ruptura del convenio con Espeleosocorro


El Ejecutivo prepara un convenio con la Federación de Espeleología, sistema similar al que se sigue en otras comunidades???



Los 14 agentes de los Greim que penetraron en la cueva de Soba para rescatar a  los cuatro espeleólogos contaron con el apoyo de ocho voluntarios, espeleosocorristas particulares que fueron requeridos para contribuir con las labores de búsqueda el mismo martes, cuando la Guardia Civil llevaba ya casi tres días rastreando las cavidades. «Son voluntarios que colaboran habitualmente en rescates de espeleología», explicaron ayer desde la Consejería de Presidencia y Justicia, y no un grupo de espeleosocorro que dependa del 112 como tal. Los rostros de los Greim, acompañados de los dos voluntarios de Santoña y los dos ramaliegos que entraron por Rubicera fueron los primeros que vieron Alfonso y Joaquín después de cuatro días bajo tierra.
La necesidad de llamar a estos voluntarios ha devuelto al debate público la ruptura del contrato del Gobierno con el grupo Espeleosocorro Cántabro (Esocán), que desde 1998 y hasta marzo de 2012 era movilizado por el 112 para organizar y ejecutar rescates en cuevas, a cambio de una aportación anual de 6.000 euros para sufragar gastos de la propia estructura y un coste por espeleorrescatador de 41 euros por hora, cantidad que sólo cobraban si intervenían en un operativo. Roto el acuerdo con Esocán, ahora nadie cobra por participar en espeleorrescates. Tampoco los ocho voluntarios llamados el martes. El excoordinador de Esocán, Martín González, ha hecho cuentas: el operativo de Soba hubiera costado al Gobierno un máximo de 9.000 euros con Esocán (6.000 euros de anualidad y unos 3.000 euros en horas de rescate), «lo que ha costado sólo el helicóptero». Esocán tenía su base en Ramales y contaba con unos 80 voluntarios, entre «bomberos, guardias civiles, deportistas…», y gente oriunda de la zona, «que aportaba como valor añadido el conocimiento del medio», añadió González.
Preguntado sobre los motivos de la ruptura con Esocán, el director general de Protección Civil, Alberto Cayón, indicó que existían «defectos administrativos, principalmente el que los rescates los realizaba una empresa, Zalama, mediante contraprestación económica, cuando en realidad los ejecutaban voluntarios», además de asegurar que el Gobierno propuso al representante de esa empresa buscar otras fórmulas de colaboración, como un convenio, «pero decidió romper unilateralmente».
Sin embargo, insiste en que la desaparición de Esocán no ha cambiado la relación del Gobierno con los voluntarios. «Al revés, se ha trabajado más estrechamente», tanto en planes formativos como en simulacros o incluso rescates como el de Soba. Además, anuncia que el Ejecutivo ha iniciado los trámites para celebrar el primer convenio de colaboración con la Federación Cántabra de Espeleología. Este acuerdo responde a esa intención de «buscar la fórmula de colaboración, que permite contribuir económicamente para dotarse de materiales y puedan seguir formándose», afirma, un modelo vigente en comunidades como Aragón, País Vasco, Navarra o Andalucía.
En cuanto al coste del rescate de Soba, Cayón dice que «estando en juego la vida de cuatro personas no se ha escatimado ningún esfuerzo económico, como muestra el amplio dispositivo de búsqueda desarrollado».

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