Unas voladuras en la cantera de Mutxate, de Mañaria, ponen al descubierto una cueva desconocida
La cantera de Mutxate, como la luna llena, tiene su ojo propio. El cráter vigila sin parpadear al tiempo que a él le echan el ojo quienes transitan por la carretera BI-633 entre Mañaria y Durango. El parlamentario de Aralar, Dani Maeztu, fue uno de ellos. El pasado día 3, consiguió que tras veinte días de espera, la consejera de Cultura, Blanca Urgell respondiera a una pregunta parlamentaria escrita.
Maeztu le resumió que en la zona central de la pared de la cantera Mutxate de Mañaria, enfrente de la de Markomin Goikoa, las actividades de explotación han dejado al descubierto una cueva desconocida. Vista desde la carretera, la cueva parece de gran tamaño, y puede ser un importante elemento geológico situado en la parte baja del monte Unzillatx.
Teniendo en cuenta el impacto de las labores del aprovechamiento canterero y "a fin de impedir el daño irreversible que sufre el monte", el parlamentario y concejal de Durango le dice a Urgell aquello de tengo tres preguntas para usted.
La primera ronda es fácil: "¿Se ha puesto la empresa explotadora de la cantera Mutxate en contacto con el departamento correspondiente del Gobierno vasco, a fin de comunicarle el hallazgo de la cueva aparecida en la explotación del monte Untzillatx?".
Y antes de conocer la respuesta, Maeztu aclara que en su día se obligó a la firma internacional a contar con un estudio de impacto medioambiental que "pudiera ser que obligue a la empresa a informar al Gobierno de la aparición de la cueva".
Ahora sí. Acuse de recibo de la consejera: "No. Se ha tenido conocimiento a raíz de esta pregunta. Sí se tenía conocimiento de los trabajos realizados en esta cantera en el año 2007, a los efectos de la Evaluación Conjunta de Impacto Ambiental del Plan Especial de la cantera Mutxate. En tal trabajo se valoraron una serie de elementos arqueológicos y patrimoniales susceptibles de ser afectados por la explotación. En concreto, se valoraron 19 cuevas, simas o galerías. La totalidad de las visibles entonces. La cueva a la que se hace referencia en la pregunta aún no estaba descubierta, ha sido descubierta, al parecer, con posterioridad por las voladuras de la cantera".
La cantera de Mutxate, como la luna llena, tiene su ojo propio. El cráter vigila sin parpadear al tiempo que a él le echan el ojo quienes transitan por la carretera BI-633 entre Mañaria y Durango. El parlamentario de Aralar, Dani Maeztu, fue uno de ellos. El pasado día 3, consiguió que tras veinte días de espera, la consejera de Cultura, Blanca Urgell respondiera a una pregunta parlamentaria escrita.
Maeztu le resumió que en la zona central de la pared de la cantera Mutxate de Mañaria, enfrente de la de Markomin Goikoa, las actividades de explotación han dejado al descubierto una cueva desconocida. Vista desde la carretera, la cueva parece de gran tamaño, y puede ser un importante elemento geológico situado en la parte baja del monte Unzillatx.
Teniendo en cuenta el impacto de las labores del aprovechamiento canterero y "a fin de impedir el daño irreversible que sufre el monte", el parlamentario y concejal de Durango le dice a Urgell aquello de tengo tres preguntas para usted.
La primera ronda es fácil: "¿Se ha puesto la empresa explotadora de la cantera Mutxate en contacto con el departamento correspondiente del Gobierno vasco, a fin de comunicarle el hallazgo de la cueva aparecida en la explotación del monte Untzillatx?".
Y antes de conocer la respuesta, Maeztu aclara que en su día se obligó a la firma internacional a contar con un estudio de impacto medioambiental que "pudiera ser que obligue a la empresa a informar al Gobierno de la aparición de la cueva".
Ahora sí. Acuse de recibo de la consejera: "No. Se ha tenido conocimiento a raíz de esta pregunta. Sí se tenía conocimiento de los trabajos realizados en esta cantera en el año 2007, a los efectos de la Evaluación Conjunta de Impacto Ambiental del Plan Especial de la cantera Mutxate. En tal trabajo se valoraron una serie de elementos arqueológicos y patrimoniales susceptibles de ser afectados por la explotación. En concreto, se valoraron 19 cuevas, simas o galerías. La totalidad de las visibles entonces. La cueva a la que se hace referencia en la pregunta aún no estaba descubierta, ha sido descubierta, al parecer, con posterioridad por las voladuras de la cantera".
La cueva -a modo de inciso- se da a conocer en la vertiente noroeste del monte Untzillatx. En esta mole, con los ojos hacia Urkiola vive Joserra Basaguren, uno de los alpinistas con tanta solera en sus suelas como casta. "Siempre me ha sorprendido ese agujero ahí. Es interesante. Más para mí", enfatiza este abadiñarra a quien, siendo niño, un maisu le llevaba a su caserío la magia de la sabiduría, la de Juan Etxebarria. "En una ocasión me dijo: si un día tiran este monte verás Durango. ¡Igual hacen túneles que lo atraviesen por tu caserío! Y eso fue hace más de cincuenta años", sonríe.
Dicho esto, quedan dos preguntas para la Consejería de Cultura. Acortando a Maeztu, Aralar quiere saber si su departamento se va a personar en el lugar o si se va a poner en contacto con la firma extractora.
Cultura se ha puesto en contacto con el arqueólogo que realizó el plan mencionado, J.C. López Quintana, y tiene previsto girar una vista de valoración en los próximos días, a fin de determinar los valores arqueológicos que la cavidad pudiera representar para establecer, en su caso, las medidas correctoras oportunas.
Al expedirse días atrás, quizás en estos momentos o mañana, día de San Antonio en Urkiola, López Quintana visite el lugar. Todo milagro es posible. La tercera cuestión reverbera las preguntas y respuestas anteriores: "En caso de necesidad, estableceremos las medidas de protección oportunas en el marco de nuestras competencias", se compromete Blanca Urgell.
El Untzillatx de Basaguren y aquel letrado cuenta con cuevas famosas como la de Kobaerreta que según ha confirmado el grupo de espeleología Gema de Abadiño atesora la sala más grande del Parque Natural de Urkiola, llamada Ferrer, de 100x30 metros y 50 m de alto. Son el ojo que todo lo ve.
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