La cueva virtual de la Universidad Politécnica de Madrid, la primera de España con cinco caras y una de las pocas que hay en el mundo, permite desarrollar programas en 3D más complejos y vanguardistas para su aplicación en campos como la medicina, las industrias del automóvil y aeroespacial o el entretenimiento, entre otros muchos.
Este sofisticado y costoso dispositivo -casi dos millones y medio de euros- para avanzar en ese arte de engañar a los sentidos que es la realidad virtual es una de las principales bazas de los Centros de Domótica Integral y de Supercomputación y Visualización que desde hoy abren sus puertas en la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón.
Ambos centros, inaugurados por la ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, están ubicados en el Campus Científico y Tecnológico de Montegancedo, dependiente de la Universidad Politécnica de Madrid y donde se concentra gran parte de su actividad investigadora.
Su Ministerio ha invertido 11 millones de euros en ambos centros, a través de diferentes programas de ayudas están llamados a ser "referentes internacionales en su materia", la domótica y la supercomputación.
Impulsada por la Universidad y por la empresa T-Systems, división de servicios para empresas de Deutsche Telekom, la cueva de realidad virtual de cinco caras dará servicio a instituciones públicas y a empresas privadas, adaptándose a sus necesidades cuando éstas se refieren a entornos e informaciones complejas.
La utilización de tecnologías de realidad virtual, según los promotores de la cueva, contribuye a "la reducción de costes y plazos de ejecución, incrementa la calidad y la productividad, mejora la formación de los profesionales, reduce riesgos y aumenta las posibilidades de negocio de cualquier empresa".
Especialmente en áreas como la automoción, la medicina, la arquitectura o el mercado inmobiliario, la cultura y el ocio, las finanzas, el márketing y la formación, entre otras muchas.
En la nueva cueva de realidad virtual se pueden crear programas que, por ejemplo, ayuden a diseñar un coche o toda una urbanización, o para ser utilizados en medicina, en intervenciones quirúrgicas que supongan mucho riesgo. También para perder el miedo a volar, o superar fobias.
Entre los proyectos que ya están en marcha destaca el denominado "Cráneo", que comprende el diseño e implementación de soluciones software para reconstruir el rostro de una persona en base a sus restos óseos, útil en medicina forense.
Investigadores y expertos en distintas áreas de la ingeniería de telecomunicaciones e informática trabajan en el Centro de Domótica Integral (CeDInt), donde está la citada cueva.
El centro ofrece a las empresas soluciones tecnológicas derivadas de la actividad de I+D+i para su explotación industrial y comercial, con líneas de investigación orientadas, sobre todo, a las ingenierías óptica y domótica, además de a la realidad virtual.
El segundo de los nuevos centros de investigación de la Politécnica madrileña, el de Supercomputación y Visualización, acoge el supercomputador Magerit, de IBM, que en estrecha colaboración con el Barcelona Super Computing Center ofrece una gran capacidad de cálculo a investigadores de toda España.
"Los proyectos de investigación -ha destacado la ministra Garmendia- tienen que ser atractivos para las industrias, para las empresas. Y para que se pongan de manifiesto las capacidades públicas que tenemos para incidir en su competitividad".
La ministra de Ciencia e Innovación ha señalado que la Universidad Politécnica de Madrid, acreditada por el Ministerio como campus de excelencia, es "un símbolo" que señala en la dirección internacional y de especialización que debe tomar la investigación española
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