Un equipo de 20 personas, entre miembros de la Societat d’Investigacions Espeleològiques de Tarragona (SIET) y voluntarios, participó en el hallazgo. Una de las salas tiene un altura de entre 15 y 18 metros. La Galeria dels Vuits y la Galeria Alprasa se han sumado a las ya conocidas
El grupo encabezado por los espeleobuzos del SIET Àngel Samaniego, Albert Pradillo y Josep Lluís Almiñana localizaron las dos galerías que, a falta de un análisis de la topografía realizada sobre el terreno, están situadas entre la esquina de Governador González con Fortuny, a media distancia entre ésta y la Rambla Nova.
Almiñana explicó al Diari que «una galería está parcialmente inundada y tiene una altura aproximada de entre 15 y 18 metros, y la otra está en posición perpendicular a la primera y consiste en un tubo de presión que encontramos con mucha presencia de fango».
En la incursión del pasado sábado los espeleobuzos también accedieron a una galería de la que tenían constancia, «a la que hemos visto muchas posibilidades puesto que pensamos tiene continuación».
Samaniego, Pradillo y Almiñana permanecieron dos horas en la zona investigada, a la que accedieron después de bucear en la Sala Rivemar durante ochenta metros y a una profundidad de 18.
Los nombres
Los miembros de la SIET bautizaron los nuevos espacios descubiertos en el interior de la Cova Urbana con los nombres Galeria dels Vuits y Galeria Alprasa. El primero responde al hecho que «tomamos medidas y, desde los cuatro puntos que topografiamos, coincidió que la distancia entre los mismos es de ocho metros». El segundo coincide con las primeras sílabas de Almiñana, Pradillo y Samaniego, «por ser las personas que la descubrimos».
Más motivación
El hallazgo del sábado supone «una nueva motivación para la Societat d’Investigacions Espeleològiques de Tarragona, puesto que las galerías se bifurcan y es posible seguir investigando en la zona para descubrir más espacios», manifestó Almiñana, quien advirtió que el grado de dificultad «es alto, porque necesitas de un amplio equipo de personas para poder adentrarte en este punto de la Cova Urbana».
La necesidad de sumergirse en la Sala Rivemar, que está totalmente inundada, dificulta la acción de los espeleobuzos. «Si alguien del equipo sufre un percance sería complicado sacarlo a la superficie ya que se tiene que bucear una distancia de ochenta metros antes de salir a una zona no inundada». Sólo la pérdida de lastre podría suponer una seria complicación.
Bolsa de oxígeno
Las características de la Galeria Alprasa invitan a pensar en futuras inmersiones exitosas. Almiñana comentó que «se trata de una galería confortable porque en el caso de un accidente o una avería del el equipo dos personas se podrían quedar en la misma durante dos o tres días, mientras la tercera acude en busca de ayuda al otro lado de la Sala Rivemar: la temperatura es de unos 18 grados y permite la supervivencia».
La SIET no descarta «llevar mantas térmicas» en una próxima incursión a las dos galerías: «Facilitarían estar varios días en condiciones óptimas, ya que la Galería Alprasa es lo suficientemente confortable como para estar allí a la espera del rescate».
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