Si hay un compañero indispensable, además de tu botiquín de montaña, ese es la manta térmica. Ya sea para deportes de montaña con frío, calor, en cuevas o en los barrancos más acuáticos… no debes olvidar tu manta térmica personal.
LA MANTA TÉRMICA ¿QUÉ ES Y PARA QUÉ SIRVE?
La manta térmica, también conocida como manta de emergencia, de supervivencia o isotérmica, es una pieza rectangular de material aluminizado con un tamaño variable, pero que por norma general debe, al menos y en el peor de los casos, tener el suficiente tamaño como para poder rodearte con ella y que te cubra la mitad del cuerpo. A pesar de su prestigio, no hace “magia”, debe complementarse con otros materiales o técnicas.
La principal función de la manta térmica es el de mantenerte en una temperatura corporal adecuada, gracias a la refracción de la radiación infraroja (IR) de la parte aluminizada. Tanto de lo que venga del interior (temperatura corporal fundamentalmente) como de lo que venga del exterior (rayos de sol, viento, frío, etc.)
TIPOS DE MANTAS TÉRMICAS
Nos gusta diferenciar las mantas térmicas por dos tipos de clasificaciones que además, son combinables entre ellas: por tipo de aluminizado y estructura o construcción.
CLASIFICACIÓN POR TIPO DE ALUMINIZADO
Manta de doble cara aluminizada
Este tipo de mantas no importa como las coloques ya que ambas caras son prácticamente iguales. Aunque no hacen milagros, cumplen perfectamente el principio de barrera entre el usuario y la meteorología.
Son las más comunes y bastante económicas.
Manta con cara aluminizada y cara dorada, roja, naranja...
Mantas en las que debes fijarte, en función de tus necesidades o del usuario de la misma, en qué cara colocas hacia el cuerpo y que cara colocas hacia el exterior.
En realidad el color no afecta tanto como se podría pensar, es mucho más eficiente la función de barrera comentada anteriormente. Todo ello te lo explicamos en los próximos puntos para intentar facilitar la mejor comprensión de los tipos y usos de las mantas de supervivencia.
CLASIFICACIÓN POR ESTRUCTURA O CONSTRUCCIÓN
Manta sin estructura y lámina de poco espesor
Son las más comunes, mantas que te recuerdan al papel de aluminio para guardar tus bocatas.
Debido a su tipo de construcción son las más débiles, pero al mismo tiempo las más comunes y económicas.
Debes tener cuidado al usarla para no romperla, sobre todo si es en mitad de una actividad, no sea que tengas que volver usarla. Además, si la doblas bien te ocupará menos en la mochila.
Esta clase de mantas suelen tener el tamaño mínimo aconsejable para cubrir tu cuerpo.
Manta sin estructura pero con lámina de gran espesor
En este caso, el material base es de mayor grosor. Lo que a priori puede parecer un aspecto negativo por ocupar un mayor espacio, se torna positivo al comprobar la eficiencia, la resistencia mecánica y la durabilidad de la misma.
Este tipo de mantas, además, suelen ser de un tamaño mayor.
Manta con estructura filar interna
En este caso, la lámina suele estar entre las dos anteriores, pero lo que le confiere la resistencia es la estructura filar en forma de cuadros que cubre toda la manta de supervivencia. Gracias a esta estructura, en caso de rotura, lo hace solo por cuadraditos, ya que los hilos impiden que se rompa por completo.
De esta forma se evita el caso frecuente de rotura total cuando no disponen de esta malla y se hace cualquier tipo de rotura, corte o quemadura por las fuentes de calor colocadas debajo (hornillo, vela, alcohol en gel...).
Para nuestro gusto, la mejor de las tres.
Es una manta térmica que no es fácil de encontrar pero que no te dejará tirado.
Manta térmica tipo saco
Es una manta de supervivencia con forma de saco, por lo que es mucho más fácil de usar evitando algunos problemas como puede ser el acoplarla bien, que se vuele, que se rasgue… El punto negativo que tiene es en los casos de politraumatizados. Introducir a un accidentado con una extremidad rota en este formato de manta térmica (al igual que ocurriría con un saco de dormir) puede resultar una verdadera odisea. De todas formas siempre te queda la opción de cortar por un lateral para abrirlo, debes llevar la precaución de poner una cinta adhesiva como tope para que no se desgarre entero por la mitad y te quedes con dos mantas...
Además de estas dos clasificaciones, otra característica que debes tener en cuenta es el tamaño de la manta de emergencia. Como mínimo debe permitirte cubrir completamente la mitad del cuerpo con la manta o el cuerpo entero en caso de estar acostado.
Como ves, como suele suceder con el material de montaña, no debes comparar las mantas térmicas solamente por el precio. Entre los diferentes tipos pueden haber grandes diferencias de hasta 10 veces el precio de unas respecto a otras, pero no es lo mismo una manta que sea prácticamente de un solo uso y muy delicada a otra que sea, no indestructible, pero casi.
USOS DE LA MANTA TÉRMICA
PARA REDUCIR UNA TEMPERATURA CORPORAL ELEVADA
Objetivo:
La finalidad es minimizar que el cuerpo reciba más calor.
Principales consecuencias a evitar:
Sol directo y el consiguiente aumento de temperatura
Insolación
Golpe de calor
Agravamiento de lesiones
Uso:
Crear una “barrera” con la manta, independientemente de si tiene colores o es plateada en ambas caras. Siempre que sea posible, dejar el suficiente espacio para que el aire pueda correr entre la manta y tu cuerpo.
Si dispone de una parte plateada y otra de otro color, se aconseja colocar el lado plateado hacia el exterior para reflejar el calor del sol.
Aunque es obvio que la parte de color siempre reflejará menos los rayos del sol que la parte plateada, dudamos mucho de una gran diferencia en el efecto final ya que lo que de verdad cuenta es la “barrera” producida por la propia manta (grosor, calidad del material, etc.).
Si es posible, airear el cuerpo, destapar y refrescar la cabeza.
PARA MANTENER/AUMENTAR LA TEMPERATURA CORPORAL
Objetivo:
El fin es conseguir la menor pérdida de calor posible incluso, si es necesario, aumentarlo. Para ello será necesario, tal y como ya hemos comentado, medidas adicionales como añadir prendas de abrigo, ubicar alguna fuente de calor, etc.
Principales consecuencias a evitar:
Protección frente al frío
Pérdida de calor
Hipotermia
Agravamiento de lesiones
Uso:
En el caso de las mantas con diferentes colores, colocar el lado de color hacia el exterior para absorber al máximo el calor del sol. La parte plateada quedará hacia el interior con el fin de impedir al máximo posible las pérdidas de temperatura.
En este caso, la manta debe cubrirte lo máximo posible sea cual sea la posición en la que te encuentres para que el aire que quede entre tu cuerpo y la manta se pueda mantener caliente y sirva de aislante.
Al igual que en el caso anterior, dudamos mucho de la diferente efectividad de usar una u otra cara indistintamente. Lo que cuenta más, es el efecto “barrera” y las medidas adicionales, rehidratar, recalentar, reponer, tapar la cabeza, etc.
OTROS USOS DE LA MANTA TÉRMICA
Aunque su principal objetivo es el de mantener la temperatura corporal, la manta de supervivencia te ofrece otras posibilidades:
-Vivac de emergencia o imprevisto. Tanto para el techo, como para las paredes e incluso para el suelo. Tendrás que priorizar el lugar de ponerla en función de la cantidad de mantas que tengas, tamaño, tipo, lugar y meteo. Aunque sea de emergencia puedes tener en cuenta algunas recomendaciones a la hora de acampar y/o de hacer vivac en montaña.
-Vivac previsto. Al igual que el de emergencia pero en este caso las llevarás deliberadamente para este cometido, por lo tanto tendrás tantas como hayas calculado que necesites.
-A modo de chubasquero, no olvides que es totalmente impermeable.
-Protección frente al viento (cuidado en tenerla muy bien sujeta y no rozarla).
-Señalización de emergencia en situación de rescate.
-Señalización frente al tráfico a modo de reflectante.
-En diferentes maniobras de primeros auxilios (inmovilizaciones, porteos...
CONSEJOS
1. Lleva siempre una manta térmica para uso personal, el mejor lugar seria en el interior del casco o en el bote estanco o en ambos, no confiés en la del botiquín común. Ten en cuenta que a veces se utiliza un botiquín o más (dependiendo del tamaño del grupo) y no deberían ir todas llevándolas la misma persona, tanto por el volumen como por si le ocurriese algo que nos separase de la persona encargada del mismo.
2. Si el tipo de manta que llevas es la delgada desechable, en caso de usarla durante una actividad, recuerda que es bastante delicada, por lo tanto procura que no se rompa al sacarla y guárdala lo mejor posible por si volvieras a necesitarla.
3. Antes de salir a la montaña revisa el estado de tu manta térmica, dependiendo del tipo, es posible que si la has guardado húmeda, cuando la saques no quede nada de la superficie aluminizada y esté totalmente transparente, por lo que no te servirá correctamente para su uso principal.
4. Intenta transportarla en una funda o bolsa estanca para evitar que se moje o se humedezca.
5. Intenta protegerte del suelo para disminuir la pérdida de calor, poniendo debajo tuyo, o de la persona que la necesite, el material que tengas a mano (mochila, cuerda, ropa o en su caso incluso hojas y ramas secas).
6. Además de aislarte del suelo y dependiendo de la actividad o situación, procura colocarte lo más protegido posible de la meteorología (sol, agua, nieve, lluvia, viento…).
7. Sujeta bien la manta de emergencia, ya sea con el propio cuerpo, con algunas piedras (cuidado con desgarrarla) y/o haciendo uso de cinta adhesiva del propio botiquín.
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