La cueva de El Castillo, Patrimonio de la Humanidad, es un punto y aparte para entender las ocupaciones humanas en la Cornisa Cantábrica
En esta bella cavidad se han registrado nada menos que 150.000 años de asentamientos interrumpidos
Me siento un privilegiado por poder visitar una cueva de estas características gracias simplemente a que está abierta al público. A veces parece que no valoramos en su justa medida el acceso a joyas como ésta, sólo porque es relativamente fácil la entrada. Y es que muchas son las personas que se lamentan al no poder visitar la cueva de Altamira original, y por otro lado nunca han visitado una nutrida lista de cuevas con pinturas rupestres a lo largo y ancho de Cantabria, que también son Patrimonio de la Humanidad.
En esta interesante visita de la mano del coordinador de Cuevas Prehistóricas de Cantabria, Daniel Garrido, vuelvo a descubrir un mundo de luces y sombras; de colores ocres y negros; de humedad y silencio pero sobre todo de la magia y el arte de nuestros antepasados cazadores que dejaron impresos los momentos en los que vivieron.
Más de doscientas imágenes de animales entre los que destacan uros, bisontes, caballos, ciervos e incluso un mamut, más de medio centenar demanos ocres en negativo junto a grabados abstractos de una simbología desconocida en la actualidad. Una calidad artística que sin duda creo que sacaría los colores a más de un “artista” contemporáneo.
Cómo llegar
Para llegar hasta aquí hemos cogido la nueva autovía Solares Torrelavega para salirnos a la carretera nacional 623 dirección Puente Viesgo. Llegamos a la famosa localidad y nos desviamos por una 'carreterilla' que sale de un parking público hacia las cuevas del Castillo, debidamente señalizadas. Por fin aparcamos en un estacionamiento junto a una cancela y seguimos andando un par de minutos hasta el Centro de Interpretación.
De las cuatro cuevas Patrimonio de la Humanidad que hay en este montesólo El Castillo y Las Monedas están abiertas al público diariamente. Desde hace tres años se organizan diez visitas especiales de dos horas de duración en grupos de cinco personas en el Castillo y las Monedas y de tres personas en las Chimeneas y la Pasiega, es decir, las otras dos cuevas que no están abiertas habitualmente
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