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sábado, 23 de agosto de 2014

Autorizada una mina que amenaza el mayor conjunto de pintura rupestre


Llevaba 36 años sin licencia y está sobre Cova Eirós y junto al Camino de Santiago





Para los expertos resulta “evidente el riesgo de destrucción y deterioro” de Cova Eirós, un “yacimiento arqueológico excepcional”, una especie de Atapuerca para la investigación en Galicia. Y todo por culpa de Don Isidro, la gran cantera a cielo abierto que la empresa Cementos Cosmos lleva 36 años explotando en el Monte Penedo, en el municipio de Triacastela (Lugo), dentro del espacio natural protegido de Os Ancares-Courel. “La inmediatez de la actividad minera supone un alto riesgo para la conservación del yacimiento debido al uso de explosivos”. La alerta es reciente, del pasado 27 de mayo, y parte del Comité Asesor del Camino de Santiago, un órgano consultivo de la Consellería de Cultura, en un informe técnico a solicitud de la Dirección de Patrimonio en el que recoge esta y otras serias objeciones a la continuidad de esta explotación minera de grandes dimensiones. Ocupa 105,5 hectáreas, el equivalente a más de cien campos de fútbol.
 Pese a todo, la cementera, propiedad del gigante brasileño Votorantim, logró el pasado 1 de agosto, tras 11 meses de paralización, la ansiada licencia municipal de la que careció con toda impunidad durante más de tres décadas. Y Cementos Cosmos retomó esa misma mañana la extracción a gran escala de caliza como si nada, sin por supuesto tomarse tiempo para cumplir o poner en marcha los requisitos y condicionantes impuestos por Patrimonio para legalizar su explotación minera. Además de al yacimiento de Eirós, la cantera afecta al Camino de Santiago, a otras dos cuevas con valor arqueológico, las de Graxeira y Cabaxa, así como al río Teixido.
La licencia municipal, aprobada sólo por mayoría del gobierno municipal que preside la también diputada del PP Olga Iglesias Fontal, incluye, por orden de la Xunta y de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, una larga lista de medidas de obligado cumplimiento para poder continuar con la cantera, y sobre todo para proteger Cova Eirós, considerada clave a fin de entender y documentar los modos de vida humana en el noroeste peninsular durante el Paleolítico, además de encerrar una excepcional muestra de arte rupestre de más de 30.000 años de antigüedad.
El control de la cantera debe ser permanente, advierte la Dirección de Patrimonio de la Xunta, por el alto riesgo que supone para este yacimiento el uso de explosivos. Reconoce además que Cementos Cosmos, como propietario de los terrenos en los que se sitúa Cova Eirós, está obligado por ley a conservar y proteger bienes del patrimonio cultural de Galicia. Aunque no considera la posibilidad de prohibir la actividad minera en el ámbito de este importante yacimiento, este departamento de la Consellería de Cultura impone condiciones en su informe favorable a la continuidad de esta explotación: exige un plan de protección de este santuario del arte rupestre que garantice su integridad, así como un protocolo de seguridad con el fin de verificar con regularidad la estabilidad de la estructura de la cueva, prevenir daños y saber qué hacer en caso de que ocurra algún percance.
Dos tercios de Cova Eirós están debajo de la cantera. Años de excavaciones intensivas ya redujeron considerablemente la capa de terreno que protege de forma natural este yacimiento. Arrastra problemas de humedades que ponen en peligro la conservación de las pinturas rupestres, según la asociación cultural O Iribio. Este colectivo vecinal de Triacastela lleva años de recursos y denuncias por la permisividad y ausencia total de control de las que disfruta Cementos Cosmos desde que obtuvo, en tiempos de la dictadura de Franco, autorización para socavar este monte de la sierra de Os Ancares.
A pesar de reconocer como alto el riesgo y la incidencia de Don Isidro sobre un patrimonio arqueológico único en Galicia, ahí se quedan los requisitos del departamento de la Xunta para garantizar su conservación. Resultan mucho más taxativas las condiciones con respecto al Camino de Santiago. Porque el impacto visual en el paisaje de esta ruta histórica y bajo especial protección es ya enorme “en un considerable tramo del Camino Francés”, constata el comité asesor de la ruta xacobea. Patrimonio prohíbe a la compañía, ahí sí, toda actividad minera en el ámbito de protección de este territorio histórico.
El departamento de la Consellería de Cultura también se muestra más tajante y protector con las otras dos cuevas que sufren “una afección directa de la explotación minera”: prohíbe a Cementos Cosmos “intervenir” o acometer “explotación alguna” en ambos yacimientos. Es una medida cautelar. En Cova da Granxeira la prohibición cae de cajón dado que está en el Camino Francés. Y en Cova da Cabaxa se impone una restricción total que no existe para Eirós porque, razona Patrimonio, es necesario preservarla intacta mientras “no se conozcan los valores patrimoniales que pueda encerrar”.
La Confederación Hidrográfica Miño-Sil también impone, en un informe preceptivo, condiciones a la cementera para reabrir la explotación a cielo abierto. Ya fue sancionada en 2012 por unas obras sin permiso en la zona del río Teixido. El expediente caducó, pero no la infracción, advierte este organismo, por lo que reitera a Cementos Cosmos su obligación de reparar los daños. Pero la empresa retomó su actividad sin hacer caso a esta advertencia y a otras más, como su vieja pero incumplida obligación de construir cunetas y canales para proteger el cauce de aguas de escorrentías, vertidos o derrames.


Un patrimonio casi sin protección

Resulta incomprensible que un patrimonio prehistórico único como es Cova Eirós, con el más valioso conjunto de pinturas rupestres descubierto en Galicia, no goce a estas alturas de la máxima protección. Solo por ser un santuario del arte del Paleolítico debería haber sido declarado casi de oficio Bien de Interés Cultural (BIC), máxima figura legislativa para garantizar la conservación de todo legado de la historia y obligar a sus propietarios, en este caso Cementos Cosmos, a preservarlo. La propia Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta reconoce, en un informe reciente de sus arqueólogos, que tan solo por los 11 paneles con dibujos rupestres que alberga en su interior —pueden ser muchos más— debería ser aplicada la ley estatal de Patrimonio Histórico que obliga a declarar BIC toda cueva o lugar con arte rupestre.
Pero que se sepa la Xunta aún no ha comenzado a tramitar esa declaración. Está formalmente solicitada desde 2012 por la asociación ecologista Adega y el colectivo cultural O Iribio, de Triacastela. El Comité Asesor del Camino de Santiago también se ha sumado a la petición. En su informe sobre la reapertura y legalización de la cantera, considera “muy conveniente” que Cova Eirós sea reconocida como BIC. Y que la Xunta tenga también “muy en cuenta el valor ambiental del territorio” a la entrada de la cueva. “Parece significativo para la lectura e interpretación de los valores culturales que encierra”, subraya este organismo consultivo de la Consellería de Cultura.

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