El monumento natural de Ojo Guareña es uno de los enclaves estrella de nuestra geografía. Por lo que muestra y también por lo que esconde en sus entrañas calizas recorridas por más de cien kilómetros de simas y lagos. Y más aún por lo que sugiere. El ombligo del mundo
Hace ya más de un siglo, el novelista Pereda, en su recorrido por las maravillas de la montaña cantábrica, acerca al protagonista de ‘Peñas Arriba’ hasta este enclave burgalés envuelto en la niebla del misterio. Y lo describe así: «La cueva de Sotoscueva,cuyo fin nadie ha tocado, porque acaba en maravilla mayor: un largo subterráneo donde se sumergen las aguas de todo aquel valle». Todavía no se llamaba... ... Ojo Guareña, que es invención posterior y afortunada de los espeleólogos, ni el río se conocía por ese nombre, sino por el de Cueva, que es también el del pueblo inmediato.
Lo que nadie discute es su condición de lugar sagrado desde los balbuceos de la humanidad. La explicación geológica parece de manual. Primero, el deshielo de un glaciar, y luego la paciente labor del río engullido han tallado una red de cuevas, simas, ríos y lagos subterráneos que durante milenios han tentado con su misterio el arrojo de los vecinos más intrépidos. En nuestra visita es posible acercarse al sumidero por donde el río desaparece de la vista. Está a los pies del acantilado que cierra la salida al valle y en cuyo frontal rocoso se abren las cuevas de la ermita y de la sala de juntas.
Después de tejer una malla de alrededor de cien kilómetros de cuevas, que se desarrolla en seis niveles distintos, las aguas sumidas en Ojo Guareña brotan en dos surgencias, una permanente y otra estacional, a cinco kilómetros de su ocultamiento. La fija se conoce como El Torcón y la caprichosa, cuando brota, atiende por Torcona. Aunque los espeleólogos han documentado más de cien kilómetros de galerías, el recorrido de sus atractivos no resulta viable. La Casa del Monumento Natural, recién inaugurada en Quintanilla del Rebollar, dispone de una información audiovisual minuciosa sobre los hallazgos arqueológicos y los caprichos geológicos que esconde la montaña caliza.
Algunos de los aspectos más llamativos de esta red de cuevas, que es la más extensa de nuestro país y la sexta del mundo, son los que testimonian su habitación paleolítica, en una fecha datada diecisiete mil años antes de Cristo. La Sala de las Pinturas combina los signos geométricos (algunos triángulos y figuras humanas muy esquemáticas) con representaciones de animales, entre los que se cuentan algunas especies hoy exóticas, como el elefante. En los muros de este santuario paleolítico es fácil reconocer caballos, bueyes, ciervos y cabras. La figuración del ser humano es uno de los dibujos más antiguos de la especie.
Otro de los espacios ocultos en Ojo Guareña revela su atracción milenaria. La Sala de las Huellas deja constancia de una expedición de ida y vuelta que consiguió adentrarse trescientos metros por una de las simas. Quedan en el suelo de barro las marcas de los pies desnudos. Uno de los diez intrépidos exploradores tenía un dedo amputado y todos compartían lo que se conoce como malformación de pie equino. Los hombres del grupo tenían una planta que en medidas actuales de calzado correspondería a un cuarenta y seis. 36.
También en épocas posteriores de la prehistoria la cueva siguió siendo utilizada como recinto propiciatorio. La Sala de la Fuente está cubierta de trazos geométricos con unas pocas figuras humanas salpicadas en medio, mientras en el recinto de Kaite II las figuras animales prolongan patas y cuellos y otras especies se representan con su cría en el vientre, como sortilegio de fecundidad. La sucesión de hallazgos revela su habitación ininterrumpida durante milenios. En la Cueva palomera apareció la fosfatina de un explorador de la Edad de Bronce que se perdió en el laberinto. La última ocupación masiva tuvo que ver con el pánico desatado por las invasiones bárbaras.
Sin embargo, el lugar nunca perdió su significación mágica. Sobre el risco se alza el pico del Cuerno, al que se subía en días de tormenta el nubero a desafiar los rayos con el toque de un cuerno. De ahí el nombre de la peña. Según Atienza, el nubero, para ser eficaz, tenía que ser epiléptico. La naturaleza y la concurrencia de siglos han acomodado frente a la boca de las cuevas altas, que ocupan la ermita y la antigua sala de juntas, una estancia natural que permite disfrutar de la singularidad del conjunto.
El interior de la ermita rupestre de San Bernabé está decorado con pinturas murales de los siglos dieciocho y diecinueve. Los martirios de San Tirso, que fue la advocación primitiva de la oquedad, se representan en la bóveda, mientras en uno de los muros se reproducen milagros de San Tirso y de San Bernabé. Una talla del santo primitivo preside el altar. Desde la ermita es posible adentrarse en la cueva en una visita guiada que se prolonga alrededor de medio kilómetro. La incursión permite ver algunos silos de provisiones, conjuntos de grabados y la llamada Pila del Santo, que se llena sola de agua bendita y milagrosa. A su lado, en una oquedad a la que se puede acceder doblando el espinazo, se reconstruyó a mediados del diecinueve el santo sepulcro.
En el mismo frontal de la ermita se encuentra la Cueva del Concejo, donde se reunían los representantes de la Merindad. Una tradición asegura que los regidores de Sotoscueva tenían sus encuentros al cobijo de una encina majestuosa, situada en el paraje de Alto Concha. Su vínculo pagano encendió los ánimos del clero, que taló el árbol para acabar con la costumbre. A comienzos del siglo diecisiete ya hay constancia de que las sesiones de gobierno tenían lugar en la gruta vecina de la ermita de San Bernabé.
Ahí permaneció la sede formal de los asuntos de la Merindad hasta que en 1924 la dictadura de Primo de Rivera ordenó que se trataran en el consistorio de Cornejo. Durante la segunda república, regresaron los merinos a la cueva y se trasladó la cabecera municipal a Quisicedo. Después de la guerra, las sesiones concejiles volvieron a Cornejo. Sabida la lección, el entorno de Ojo Guareña ofrece senderos y vericuetos para embelesar al viajero.
El consejero de Fomento y Medio Ambiente, Antonio Silván, ha anunciado que la Junta de Castilla y León propondrá la declaración del Complejo Kárstico de Ojo Guareña como Parque Nacional lo que le convertiría en el primero de España que se desarrolla bajo tierra.
En declaraciones a los periodistas durante su visita a la cueva y ermita de San Bernabé en el Monumento Natural de Ojo Guareña, Silvan ha anunciado que la Consejería de Fomento y Medio Ambiente va a proponer al Ministerio de Medio Ambiente que este espacio, que es el segundo sistema kárstico más largo de España y "el más rico en biodiversidad", sea declarado Parque Nacional.
En estos momentos no existe ningún Parque Nacional en España que incluya ecosistemas subterráneos como este, pero la Ley de Parques Nacionales los incluye entre los objetivos que debe de cubrir la Red de Parques Nacionales.
El consejero no ha querido hablar de plazos para conseguir esta declaración "porque es algo que depende de varias administraciones" pero ha señalado que la Junta ha iniciado los trámites y, en su opinión, el hecho de estar delimitado dentro de una única comunidad autónoma facilitará el proceso.
Silvan ha recordado que los diversos estudios abordados en los últimos años mediante convenios entre la Junta de Castilla y León y el Centro Superior de Investigaciones Científicas han permitido hallar en las cuevas de Ojo Guareña 195 especies diferentes de fauna, de las que 34 son endémicas y 32 son nuevas para la ciencia.
Esta variedad permite calificar a este sistema como un auténtico «punto caliente de biodiversidad» («hotspot»), de importancia nacional e internacional.
En cuanto a longitud, el complejo tiene 110 kilómetros de galerías topografiadas que ocupan 13.850 hectáreas pertenecientes a tres municipios y 23 localidades, y que en su parte visitable, a la que se accede desde la Ermita de San Tirso y San Bernabe, reciben una media de 35.000 visitas al año.
La Consejería de Fomento y Medio Ambiente ha invertido en los últimos años más de 7 millones de euros en la zona de influencia de Ojo Guareña y este año continuará con la mejora de los servicios de atención, información y control de visitantes de la Casa del Parque, atención en la Cueva-Ermita y mantenimiento de la Casa del Parque, Cueva-Ermita y Espacio Natural con casi 265.000 euros.
Además, Silván ha anunciado que "en los próximos meses" se abrirá al turismo otro punto del complejo, la Cueva Palomera, que enlaza con la Sala de las Pinturas donde existen figuras zoomorfas y antropomorfas y cuyo acondicionamiento para las visitas está "muy avanzado".
El Monumento Natural de Ojo Guareña cuenta con numerosas muestras de gran valor prehistórico, como las improntas de huellas humanas de la época del Paleolítico Superior encontradas en la Galerías y Sala de las Huellas, o el santuario de la Sala de las Pinturas.
Tras visitar Ojo Guareña, Silvan ha inaugurado el Museo Etnográfico de la Merindad de Sotoscueva en la Casa de las Siete Juntas o Casa del Valle.
En estos momentos no existe ningún Parque Nacional en España que incluya ecosistemas subterráneos como este, pero la Ley de Parques Nacionales los incluye entre los objetivos que debe de cubrir la Red de Parques Nacionales.
El consejero no ha querido hablar de plazos para conseguir esta declaración "porque es algo que depende de varias administraciones" pero ha señalado que la Junta ha iniciado los trámites y, en su opinión, el hecho de estar delimitado dentro de una única comunidad autónoma facilitará el proceso.
Silvan ha recordado que los diversos estudios abordados en los últimos años mediante convenios entre la Junta de Castilla y León y el Centro Superior de Investigaciones Científicas han permitido hallar en las cuevas de Ojo Guareña 195 especies diferentes de fauna, de las que 34 son endémicas y 32 son nuevas para la ciencia.
Esta variedad permite calificar a este sistema como un auténtico «punto caliente de biodiversidad» («hotspot»), de importancia nacional e internacional.
En cuanto a longitud, el complejo tiene 110 kilómetros de galerías topografiadas que ocupan 13.850 hectáreas pertenecientes a tres municipios y 23 localidades, y que en su parte visitable, a la que se accede desde la Ermita de San Tirso y San Bernabe, reciben una media de 35.000 visitas al año.
La Consejería de Fomento y Medio Ambiente ha invertido en los últimos años más de 7 millones de euros en la zona de influencia de Ojo Guareña y este año continuará con la mejora de los servicios de atención, información y control de visitantes de la Casa del Parque, atención en la Cueva-Ermita y mantenimiento de la Casa del Parque, Cueva-Ermita y Espacio Natural con casi 265.000 euros.
Además, Silván ha anunciado que "en los próximos meses" se abrirá al turismo otro punto del complejo, la Cueva Palomera, que enlaza con la Sala de las Pinturas donde existen figuras zoomorfas y antropomorfas y cuyo acondicionamiento para las visitas está "muy avanzado".
El Monumento Natural de Ojo Guareña cuenta con numerosas muestras de gran valor prehistórico, como las improntas de huellas humanas de la época del Paleolítico Superior encontradas en la Galerías y Sala de las Huellas, o el santuario de la Sala de las Pinturas.
Tras visitar Ojo Guareña, Silvan ha inaugurado el Museo Etnográfico de la Merindad de Sotoscueva en la Casa de las Siete Juntas o Casa del Valle.
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