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lunes, 23 de agosto de 2010

Cuevas de Urbasa


Un estudio medirá la evolución de la fauna en tres cuevas de Urbasa


El departamento de Medio Ambiente realiza este trabajo en Basaura, Los Cristinos y Akuandi




Se pretende detectar si la entrada de excursionistas y turistas tiene alguna incidencia sobre ella


El programa de visitas guiadas continúa hasta el próximo 30 de octubre al precio de un euro



Técnicos del departamento de Medio Ambiente han emprendido hace varios meses un estudio con el que se pretende medir la evolución que está experimentando la fauna que puebla tres de las cavidades más visitadas de la sierra Urbasa: Basaura, al pie del macizo en término de Baríndano y Los Cristinos y Akuandi, ambas localizadas en el monte Limitaciones, el comunal de Améscoa.
Este estudio de poblaciones permitirá comprobar cuál es la incidencia que las visitas pueden tener sobre las mismas para establecer si es necesario o no poner algún techo a entrada de público.

La sierra de Urbasa alberga en su interior un número muy extenso de cavidades, más de 200, de las que más de la mitad son simas, cuya inmensa mayoría sólo son accesibles para espeleólogos avezados. Sin embargo, en el caso de las cuevas la entrada de público es más fácil, al alcance de grupos de excursionistas, visitas escolares y turísticas. Por razón de su accesibilidad o de la belleza de las formaciones que pueden admirarse, algunas de estas grutas han ido adquiriendo una mayor difusión.

Una entrada popular

La más conocida es la cueva de Basaura, en cuyo interior se encuentra el manantial del Itxako, la fuente principal de abastecimiento de agua potable de Tierra Estella. Su imponente entrada forma un círculo casi perfecto de 6 metros de diámetro que se abre a un primer tramo de galería principal que después se va bifurcando hasta completar 5 kilómetros de desarrollo que le han hecho muy popular entre los espeleólogos. También la cueva y su entorno han sido objeto de visitas guiadas y escolares.

Un caso similar es el de Los Cristinos (Larraona), una gruta más pequeña que ha sido la primera que la junta de Limitaciones, en coordinación con Medio Ambiente, ha abierto a las visitas guiadas, un programa que se inició el verano pasado y que ha continuado durante éste. El hecho de ser una galería de desarrollo limitado que desemboca en una lago cerrado con bellas formaciones es una de las razones que le han llevado a ser mostrada al turismo, a diferencia de Akuandi (Aranarache), que presenta espeleotemas interesantes, aunque en este caso su acceso tipo sima y un pronunciado descenso en el interior hacen necesaria cierta preparación para la visita. Noriturri, Luiberri o Arleces son otras de las cuevas destacadas de Urbasa.

Pero además del atractivo turístico estas cavernas son el habitat de una fauna que ha sido descrita en diversos estudios, en especial los realizados por el biólogo estellés Enrique Beruete Azpilicueta. Pese a que la imagen de los murciélagos aparece indisolublemente unida a la de las cuevas, no se trata ni mucho menos de sus únicos habitantes, entre los que se encuentran varias especies de pequeños insectos, algunos de ellos endémicos en Urbasa y Lóquiz, según los trabajos de Beruete. Medio Ambiente desea completar el conocimiento de los animales que habitan estas cuevas y, sobre todo, comprobar cuál ha sido su evolución en número en los últimos años.

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