Si no es por un compañero hubiera muerto de hipotermia"
¿Qué tal estás?
"Pues la verdad es que después de todo lo que he pasado, estoy muy bien. Estoy casi como en el cielo…"
¿Qué te han dicho los médicos?
"Me han detectado una fractura en una vértebra lumbar. No es nada grave, porque es una fractura muy limpia. Si todo va bien, este fin de semana volveré a España, porque tengo que operarme, pero no es una lesión demasiado grave".
¿Cecilio, qué fuerte todo lo que ha pasado?
"La verdad es que hasta que no he salido no me he dado cuenta de lo que ha pasado. Yo estaba a 400 metros de profundidad, iban bajando compañeros y me informaban poco a poco, pero no me imaginaba, ni por asombro de lo que había arriba".
¿Caíste desde una altura de cinco metros?
"Sí, estábamos explorando en una cueva, la segunda más profunda de Perú, y justo cuando nos íbamos a ir, un bloque en el que tenía anclado la cuerda, se vino abajo y caí al suelo. Por suerte el bloque no me cayó encima; sino, no lo hubiera contado".
Desde el primer momento supiste que te habías hecho mucho daño.
"Al caerme sabía que no podría salir por mis propios medios. Durante algunos minutos no sentía las piernas y me temí lo peor. Pensé que tenía afectadas las piernas. Después recuperé la movilidad en las piernas y un compañero me pudo arrastrar hasta una zona seca. Más tarde, él pudo subir a la superficie y bajar rápido con ropa para abrigarme. Si no, hubiese muerto por hipotermia en poco tiempo".
Si estás solo, no sales de ésta…
"Solo, imposible. La espeleología es un deporte de equipo. Hubiéramos tenido que ir tres, pero un compañero tuvo un problema y se tuvo que subir. El otro, me salvó la vida".
¿Cómo se llama tu compañero?
"Gustavo Vela. Es uno de los mejores espeleólogos de México. Tuve suerte de estar con él, porque otro no podría haber subida hasta la superficie y volver tan rápido".
¿Cuánto tardaron los servicios sanitarios en llegar?
"El problema es que en Perú no hay médicos que puedan bajar hasta esa profundidad. Estuve cuatro o cinco días en los que los compañeros se iban turnando para bajar, llevarme comida y acompañarme. Así estuvimos hasta que pudo venir el Grupo de Socorro de la Federación Madrileña, que llegó una semana más tarde".
¿Cuando uno está postrado en el suelo, a 400 metros de profundidad, le deben pasar mil cosas por la cabeza?
"Yo cuando me caí, sabiendo el lugar y la profundidad, me temí que iba a ser un rescate muy largo y muy difícil. Si esto me ocurre en España, me hubieran sacado en un par de días. Pero desde Lima es muy complicado acceder hasta la zona del accidente".
¿En algún momento temiste por tu vida?
"No, porque sabía que tarde o temprano me sacarían. Cuando me bajaron ropa y comida sabía que era cuestión de tiempo. Aún así, no era una situación muy cómoda. Con una lesión en la espalda dormía sobre el barro, con poco espacio para estirarme y con un 100% de humedad y muy poca temperatura".
¿La situación debió ser muy angustiosa?
"Cuando llegó el primer grupo de rescate, tenía ilusión de que me sacaran rápido. Pero no era fácil. Tuvieron que llegar más grupos, y hasta que no vino mucha gente, no me han podido sacar. De hecho, me han sacado en tramos de cien metros".
Desde España han viajado 58 personas.
"Sí, más el ejército y mucha gente que nos ha ayudado".
Vamos Cecilio, que la que has liado…
"Sí, ese es el mensaje que más he recibido: “La que has liado, macho”.
¿Creo que habéis echado un poco en falta más ayuda oficial?
"No he estado al tanto de eso, pero mucha gente ha viajado pagando sus billetes, pidiendo permiso en el trabajo… Y por lo que me han contado, no ha habido mucho apoyo".
Tu gente te dirá ¿"por qué no tienes un trabajo más cómodo"?
"Para mi explorar es como una droga. Meterme en una cueva en la que nunca ha estado nadie antes, sin saber por donde vas. Es como una droga, y de hecho me voy a volver a meter en cuanto me recupere".
Cecilio, te esperamos aquí.
"Muchas gracias"
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