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lunes, 21 de julio de 2014

Causas de los rescates en barrancos





Para poder disfrutar de esta actividad con seguridad, se requiere una formación específica y continuada







El barranquismo o descenso de barrancos es una actividad en la naturaleza practicada por un gran número de deportistas y aficionados. Además, contamos cuenta con una amplia y variada oferta barranquista, por lo que en primavera, pero también en verano, nuestros barrancos son visitados, recorridos y disfrutados por un gran número de personas. Conocer las causas de los rescates en barrancos nos puede ayudar a planificar mejor nuestra actividad, o a informar mejor a quienes nos preguntan.
Al ser el barranquismo una actividad técnica, muchos de estos practicantes la realizan acompañados de un guía, que se ocupa de proporcionar el material adecuado y de realizar todas las maniobras y progresión siguiendo unas pautas de seguridad.
Aunque también son muchos los que la practican por su cuenta; y de esos, muchos hacen las cosas bien y muy bien y otros, queremos pensar que pocos, no tan bien. A veces es por falta de experiencia, o de información, o de conocimientos técnicos, o de toma de decisiones seguras, o de pequeñas dosis de todos estos factores, pero el caso es que, por el motivo que sea, a menudo se producen accidentes o incidentes en barrancos que terminan en rescate.
No es nuestra intención “enseñar” a descender barrancos en esta entrada, eso sólo se aprende con la experiencia guiada, bien sea en los clubes de montaña o bien de la mano de guías. .

De modo general debes llevar traje completo de neopreno (salvo en barrancos secos), arnés con descensor y mosquetón de seguridad, cabo de anclaje doble, casco, mochila y bidón estanco y si conocemos su utilización material de ascenso.

El responsable de las salidas, además debe garantizar otros materiales necesarios para la actividad como cuerdas y material de instalación.


Aquí sólo queremos enumerar algunas de las causas que más habitualmente se detectan entre las que provocan estos accidentes y rescates, para que puedan ser tomadas como llamadas de atención que nunca hay que olvidar:
  • El horario: aunque estemos de vacaciones, todas las actividades en la naturaleza deben empezar “a buena hora”. De esta manera también nos reservamos un tiempo para el “por si acaso”. Las empresas de la zona conocen bien el tiempo que cuesta descender cada barranco y os pueden informar de cuál es la hora máxima de entrada. Y si no se quiere madrugar, ¡mejor escoger una actividad más corta que pasar la noche en el barranco!
  • Los saltos a pozas y descenso por toboganes: los barrancos cambian o pueden cambiar sus formas. Antes de saltar a una poza una persona del grupo debe comprobar siempre que el salto es segur, descendiendo a la poza mediante cuerdas y asegurando que esta tiene profundidad suficiente y la recepción está limpia de piedras y troncos. La mayoría de los rescates se dan por estas causas. No sirve haber estado el año pasado ni tampoco hace tres meses: ¡los barrancos cambian!
  • los caudales: La cantidad de agua que lleva un barranco depende de la época (en primavera, con el deshielo, algunos barrancos llevan mucha agua), pero también del momento (deberemos estar atentos a la previsión de tormentas para el día del descenso, pero también a cuál ha sido la trayectoria de lluvias en los últimos días. En un medio tan encajonado como un barranco una tormenta en la cabecera puede hacer subir mucho el nivel del agua y por supuesto la fuerza de la misma se convertirá en peligrosa. Para asegurarnos debemos preguntar en la zona cómo está el caudal del barranco que queremos descender, no iniciar la actividad si hay previsión de tormenta y tener muy controlados los escapes por si acaso una subida repentina nos sorprendiera
  • Los pies bien calzados: todo el material es importante, pero al calzado seguramente hay que prestarle una atención especial. Caminar por un barranco supone hacerlo por un medio mojado y resbaladizo, donde no vamos a poder ver siempre dónde ponemos el pie. La adherencia de la suela y la sujeción del tobillo son dos aspectos fundamentales. Un gran número de rescates se dan por lesiones en piernas y tobillos: esguinces, contusiones,roturas de tibia y peroné…
  • Atención al grupo: es frecuente que en un grupo la persona que lo dirija, la que toma las decisiones, tenga bastante más experiencia y bagaje que el resto. Eso no debería ser un problema si esta persona permanece atenta al grupo y está segura de que la totalidad del mismo es capaz de realizar el descenso con seguridad y disfrutando, pero cuando esto no es así es cuando llegan los problemas. Sobrevalorar al grupo es un error frecuente y suele imponer problemas de todo tipo: agotamientos, retrasos en el horario, lesiones por cansancio, etc…
  • El material técnico: algunos rescates suceden a personas que no llevaban el material técnico adecuado, o que aun llevándolo no sabían utilizarlo correctamente, por lo que ha sido necesario ir a por ellos o bien porque estaban atascados o bien porque esta falta de pericia ha impuesto un retraso considerable en el horario previsto
En barrancos, como en todas las actividades en la naturaleza, realizar a conciencia los pasos de PLANIFICAR + EQUIPAR + ACTUAR puede salvarnos la vida.

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