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martes, 25 de marzo de 2014

Certezas y misterios de la Cova de l´Algepsar





las exploraciones del interior de la cova de l´algepsar han desvelado muchos de los secretos de la historia de esta cavidad




Los espeleólogos descubrieron restos de la infraestructura que se construyó el pasado siglo. Un cartel cerámico con el otro nombre con que se conoce la cueva. Un mapa de la topografía interior. f reportaje fotográfico: carlos rodríguez
Despejar incógnitas. Tras las exploraciones realizadas en 2009 y 2010, los expertos tuvieron la oportunidad de conocer en profundidad esta cavidad. Ahora, han redactado un estudio de 23 páginas en el que se puede conocer su historia, así como su situación geográfica, su potencial turístico y la fauna y la flora que habita.
Historia y ficción envuelven la Cova de l'Algepsar. El club de espeleología GEON, tras el acondicionamiento de la ladera sur del castillo que se llevó a cabo durante 2009 y 2010, quiso adentrarse en la cavidad para comprobar el estado de la cueva sellada desde 2008, cuando fue explorada solo parcialmente por la celeridad que requerían las obras. En 2013, una vez obtenida la autorización del Ayuntamiento de Onda, Generoso López, encargado de la topografía y el fotógrafo Joaquín Piquer, con la ayuda de Juanfra Leal, Francisco García y Francisco Briz, acometieron un trabajo que materializaron en un informe de 23 páginas que aporta luz sobre este enclave natural. 
Su historia 
El GEON expone los pocos datos sobre esta cavidad ante la dificultad de cronologías y escritos fidedignos que rememoren siglos anteriores. En época musulmana, ya fue utilizada como mina para extraer el yeso rojo, material empleado en la construcción. Después de un salto de varios siglos, en el XIX se tiene constancia de que un empresario alemán adquirió los derechos de explotación de este mineral y comenzaron a excavarse las grandes galerías, actividad que al parecer fue abandonada cuando dejó de ser rentable. Posteriormente, la mina fue acondicionada para crear en su interior una infraestructura artificial mediante tabiques, puertas y ventanas con la que crear el ambiente ideal para el cultivo de champiñones, de ahí el sobrenombre de cueva de los champiñones.

Complicaciones topográficas
La cavidad encierra detalles que la hacen muy difícil de topografiar y la convierten en un rompecabezas. Tras utilizar modernas técnicas y materiales de máxima fiabilidad, se ha podido certificar por dónde discurre buena parte de su extensión. El alzamiento topográfico tuvo que hacerse hasta en cuatro ocasiones. Cuando se pasaban los datos, bien a papel milimetrado, bien en diferentes programas expresamente diseñados para la topografía subterránea, la cavidad no acababa de cuadrar. Orientaciones extrañas, desniveles desmesurados, datos espeleométricos exagerados, «un auténtico calvario matemático el cual impedía cerrar con precisión la poligonal de la cavidad». Los errores de rumbo aparecían por la gran cantidad de jaulas de hierro que hay en el interior de la mina, por lo que al final consiguió material de última tecnología que no es sensible a estas cuestiones.
Sin potencial turístico

La Cova de l'Algepsar es inviable, por ahora, como atractivo turístico para Onda. El informe del GEON señala que tanto el exceso y la falta de humedad «pueden producir estragos imprevisibles, pues el riesgo de desprendimientos, derrumbes y/o hundimientos es muy alto». Además, descarta que las galerías de la mina fuesen producto de la época de ocupación musulmana, puesto que detalles como las marcas que los mineros dejaron por muchos lugares de su interior delatan que se utilizó la dinamita en forma de barreno para poder avanzar en la excavación.
Sin río subterráneo
Las inundaciones en la mina eran debidas a la cantidad de agua que entraba en tiempos de lluvia por la boca, la cual se encontraba justo debajo de la canal que baja desde lo alto del castillo. El suelo de la cueva era altamente impermeable, por lo que el agua se estancaba permanentemente llenando toda la mina prácticamente hasta pocos metros de la boca de entrada. Por eso, el GEON descarta que en su interior, tal y como cuenta la leyenda, se halle tipo alguno de manantial subterráneo o de río.

Bajo de la torre del moro
El análisis topográfico ha permitido dilucidar por dónde se extienden las galerías, y no es ni por debajo de la fortaleza ni a varios metros de la calle Valencia, sino por la parte este del castillo, por donde se ubica la torre del moro. Sin embargo, la presencia de piedras, por una parte, y de agua, por otra, impiden certificar las verdades dimensiones de la mina y por consiguiente, su peligrosidad.

Flora y fauna
Dentro de la cavidad no se ha podido encontrar ningún tipo de insecto, solo algunas grandes telas de araña en el interior del túnel de entrada. De fauna hay poca, según atestiguó el biólogo Francisco Marco Moreno. Por el contrario, en la flora se han destacado diferentes formas de vida: una especie de musgo blanco, junto al pozo, que se alimenta de madera en descomposición, otro tipo de musgo de tonalidad parecida pero menos denso que el anterior, y unas setas de origen desconocido que lo más probable es que sean «tóxicas o muy tóxicas»

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