Es el dueño de una enorme cantidad de fina raíz bajo tierra.
Ackerman, de 59 años, es propietario de Spring Valley Caverns, la mayor caverna privada de Minnesota, pero sólo una parte de un imperio subterráneo, que él llama la Preservación de Cuevas de Minnesota Cave Preserve. Ackerman controla más de 64 kilómetros de cuevas bajo los terrenos agrícolas de Minnesota y Iowa, y siempre anda buscando más.
"Creo que es ser el primer ser humano en dejar entrar la luz en la oscuridad de lo desconocido que se prolonga una larga distancia", dijo de su motivación. "Y también protegerlas para que los científicos las puedan estudiar. Eso es lo que me impulsa, pensar qué habrá más adelante".
Ackerman calcula que ha invertido 4 millones de dólares en la exploración de cuevas y en adquirir derechos de cavernas, pero no cobra la entrada a los grupos naturistas, científicos y aficionados a las cuevas. Es una afición que su exitoso negocio de restauración ha hecho posible.
Ackerman, quien vive en Farmington, al sur de Minneapolis, dijo que descubrió su amor por la espeleología cuando de niño entraba a las cuevas a los largo del río Mississippi en St. Paul. Spring Valley Caverns fue su primera adquisición, en 1989, cuando compró 242 hectáreas (600 acres) de terreno. Un dueño anterior había tratado infructuosamente de comercializar la caverna de un kilómetro.
En las regiones del sureste de Minnesota y el noreste de Iowa hay numerosas cavernas en que el agua ha erosionado con el tiempo la piedra caliza. Para una persona en la superficie, los grandes huecos en el terreno son la clave para encontrar cuevas, dijo Ackerman, quien dice que ha descubierto 43 cuevas de las que ahora es dueño. Todas excepto una están en el sureste de Minnesota.
Cuando encuentra una cueva, Ackerman dice que le pide al duelo comprar parte de la superficie con derechos subterráneos sobre el resto de la propiedad. Entonces perfora una entrada.
En un viaje reciente a Spring Valley Caverns, que cubre unos 10 kilómetros, Ackerman tenía colocada una linterna en su casco rojo para poder en la oscuridad. El sonido del agua cayendo era lo único que se escuchaba, y los murciélagos, que recién llegaban al a la cueva para invernar, el único animal a la vista. La temperatura de la cueva se mantiene en 9 grados centígrados, dijo Ackerman.
En una zona remota de la cueva hay un río que corre fuerte y un espacio lo suficientemente grande para construir una casa, dijo.
"Es un paraíso subterráneo. Es increíble acá abajo", dijo.
E. Calvin Alexander Jr., profesor de la Universidad de Minnesota, dice que Ackerman es su amigo y "una de las personalidades más apasionadas que he visto en mucho tiempo".
"El solo ha puesto a disposición de los científicos más kilómetros de cuevas en Minnesota que cualquier otra persona", dijo Alexander.
"Las cuevas no abundan", dijo Ackerman. "Mi deseo es asegurar que los científicos tengan acceso a estas cavernas mucho después que yo me haya ido, acceso perpetuo".
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