.

.

sábado, 17 de noviembre de 2012

cueva de Arrikrutz

Fue una tarde de otoño de 1966, durante una excursión de dos jóvenes aficionados a la espeleología a la cueva de Arrikrutz, en Oñati. El ikaztegietarra Iñaki Zubeldia y el vallisoletano Jesús Maroto creyeron que iban a morir en aquel complejo kárstico en el que, desorientados, no eran capaces de encontrar la salida. Pero no sólo fueron rescatados ilesos, sino que en esas más de doce horas que estuvieron perdidos descubrieron un valioso tesoro: el esqueleto de un león cavernario, el único ejemplar al completo hallado en la península.

No hay comentarios: