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miércoles, 20 de abril de 2011

La dieta del oso

Investigadores de la Universidad de Zaragoza demuestran que el oso de las cavernas no era hervíboro sino omnívoro.
El dónde, la cueva de Coro Tracito, en la localidad oscense de Tella. El cuándo, entre 150.000 hasta 24.000 años. El quién, un ursus spelaerus o, de otro modo, un oso de las cavernas. Es primavera y el animal acaba de despertar después de su periodo de hibernación. El hambre apremia. El oso accede a la cueva y encuentra otro ejemplar que esta primavera no ha despertado. El cadáver resulta un plato recién servido.

Hasta hace poco la escena se hubiera dado por errónea, dado que la comunidad científica coincidía en señalar que esta especie pertenecía al grupo de los hervíboros, como habían demostrado estudios sobre la geoquímica isotópica de los entornos de los osos cavernarios. Sin embargo, un grupo de investigadores del grupo Aragosaurus, de la Universidad de Zaragoza, han descubierto que en esta dieta también se incluía la carne.

Aunque la hipótesis de que este oso fuera omnívoro se había planteado ya en alguna ocasión, ningún grupo había estudiado en profundidad esta posibilidad. La investigadora Raquel Rabal-Garcés fue la que, en el año 2007, comenzó a hacer un estudio más profundo como tema de su tesis. "El Grupo de Espeleología de Badalona abrió la cueva de Coro Tracito en los 70, y remitieron a Aragón los huesos que encontraron. Durante los años 90 se hicieron varias excavaciones y aunque se publicó alguna reseña no se profundizó en el estudio".

Fue Rabal, junto a los investigadores de Aragosaurus Gloria Cuenca y José Ignacio Canudo, y de la Politécnica de Madrid, Trinidad de Torres, la que mostró más interés por los huesos encontrados. El estudio consistió en el análisis de las marcas de dientes que aparecían en los huesos hallados en la cueva. Son marcas de perforación sobre las epífisis (extremo en el que se sitúan las articulaciones) de los huesos largos

"Al ver las marcas, hacer las pruebas y análisis vimos que seguían un patrón parecido a las descritas en otros artículos que se habían publicado. La clave es que no hay indicios de otros carnívoros en la zona que se correspondan con las marcas que observamos en los restos óseos, por lo que llegamos a la conclusión de que tienen que ser del spelaerus".

Otra de las hipótesis que maneja este equipo de investigación es que el consumo de carne era un suplemento esporádico en épocas de una mayor necesidad calórica. "Es una hipótesis que no se puede confirmar, pero suponemos que en la primavera estarían más débiles y por este motivo actuarían como carroñeros".

Ese es otro de los matices que aparecen como hipótesis. "No podemos determinar si se alimentaban con cadáveres de animales, o si había un ataque, pero suponemos que eran carroñeros".

La revista científica Lethaia ha publicado el estudio realizado por este equipo después de analizar huesos largos de osos de esta cueva.

Nueva temporada

El Grupo Aragosaurus acaba de abrir además su nueva temporada en la Patagonia argentina. Una de sus líneas de investigación se desarrolla en el Jurásico-Cretácico del norte de esta región, en las provincias de Neuquén y Río Negro. José Ignacio Canudo participa en esta investigación junto a Leonardo Salgado, Alberto Garrido (Museo de Zapala) y José Carballido (Museo de Chubut). Los objetivos de este año son comenzar la prospección por una vasta área del norte de Neuquén.

Actualmente tambien hay ciscuntancias que le obliga a cambiar de dieta.

El oso pardo cantábrico cambia de dieta

La escasez de arándanos le obliga a recurrir a moras, ciruelas o manzanas

Una pobre cosecha de arándanos este verano ha modificado el comportamiento de los osos pardos cantábricos este verano, en su búsqueda de frutas con que alimentarse al final del estío. Según han observado los técnicos de la Fundación del Oso Pardo (FOP), los plantígrados han recurrido a moras, ciruelas o manzanas y han frecuentado las matas de pudios y arraclanes con mayor carga de frutos para complementar el aporte frutal de su dieta. En ocasiones, la búsqueda de estos recursos les ha llevado cerca de pueblos de montaña, con el consiguiente peligro.
Los osos pardos son animales esencialmente solitarios, según una información de la FOP recogida por DiCYT. Sin embargo, hay momentos que socializan con otros individuos, como, por ejemplo, el celo o, en el caso de las hembras, la cría de los oseznos. En otras ocasiones, pueden realizar congregaciones en lugares de fuentes de alimentos. Esto ocurre en zonas salmoneras en el Pacífico. En el caso de los osos pardos cantábricos, esto puede suceder en las laderas en las que haya abundancia de arándanos o pudio, dos de los frutos con los que se alimentan al final del verano. Esta excepción viene a significar una gran oportunidad para naturalistas y aficionados de observar, con telescopios o prismáticos, el comportamiento de esta población de úrsidos.
Avanzado el verano, frutos carnosos ricos en azúcares y altamente energéticos empiezan a madurar. Los osos se interesan especialmente por arandaneras y matas de zarzamoras, arranclanes y pudios. Los arándanos (Vaccinium myrtillus) son las bayas oseras por excelencia. Los osos buscan los arándanos más soleados y dulces en las arandaneras supraforestales, entre brezos, pedreras y abedules dispersos, según informaciones de la Fundación Oso Pardo. Un oso comiendo arándanos se desplaza durante horas lentamente y va pelando matas ayudándose de sus incisivos; si los arándanos son abundantes, se sienta o se tumba y aproxima con sus manos las ramitas a la boca. Puede consumir diariamente algunos miles, incluso decenas de miles, de estos pequeños frutos de color azul muy oscuro y de sabor dulce.
Las matas de pudio (Rhamnus alpina), por su parte, no son muy abundantes en la Cordillera Cantábrica, pero sus frutos son muy buscados y apetecidos por los osos. Los pudios o escuernacabras -nombre con el que se los denomina en el occidente cantábrico- crecen, muchas veces acompañados de avellanos, entre pedregales y bloques calizos, y es un espectáculo ver a los osos atravesar una y otra vez los canchales para ir de mata en mata alimentándose con los frutillos de color negro azulado de los pudios.
Los osos pardos europeos son omnívoros. En primavera y otoño su alimentación es sobre todo vegetal. También aprecian otros alimentos variados como la carroña y, quizá es su imagen más conocida, los panales de miel. Además, cazan pequeños vertebrados e insectos y, en el momento de remonte de los salmones en los ríos, se hacen pescadores, concentrándose cerca de las orillas. Únicamente unos pocos individuos se han especializado en la captura de las grandes presas.

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