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miércoles, 8 de septiembre de 2010

mujer y ecología


Cada día aproximadamente 300 millones de mujeres toman la píldora anticonceptiva y excretan parte de sus compuestos en la orina. La orina se va al agua, la cual es tratada, pero no alcanza a eliminar los estrógenos diluidos que entonces alcanzan lagos, ríos y la misma agua potable que llega a casa. Esto ha generado algunas preocupaciones, que organizaciones como la UNESCO y la Sociedad Británica Real han ventilado: una posible asociación al marcado detrimento en el conteo espermático en jóvenes varones con respecto al de hace 20 ó 30 años; su factible contribución para el alarmante incremento de cáncer mamario (tanto en hombres como mujeres), el aumento de cáncer testicular en hombres jóvenes, y la cada vez menor edad de inicio de la pubertad en niñas.


Se ha corroborado que los peces expuestos a dosis bajas de estrógenos sintéticos disminuyen su fertilidad en 50%, y exposiciones a dosis mayores hace que los peces machos jóvenes desarrollen órganos femeninos.


Así como la píldora afecta el medio ambiente silenciosamente, también altera la ecología interna de la mujer. Al usarla, la mujer pierde ciertos privilegios biológicos de la que ovula y tiene ciclos normales. Primero, el hecho de escoger mejor a su pareja, ya que quienes usan anticonceptivos muestran indiferencia en formar pareja con hombres genéticamente similares, lo cual puede llevar a un problema de infertilidad. Segundo, resultan menos atractivas a los hombres que las mujeres con ciclos menstruales normales, y pueden ser menos competitivas en el “acceso” a cierta pareja.


Además de ello, la gama de efectos secundarios de la anticoncepción oral es variada, siendo algunos de los últimos reportados la menor densidad ósea, menor masa muscular magra no importa cuantos aeróbicos haga, disminución en la función sexual, más riesgo de colitis ulcerativa, elevación de triglicéridos, etc. Ya se conoce que aumenta el riesgo de cáncer cervical en 45% para mujeres que han usado la píldora antes de los 25 años (OMS) y su asociación con cáncer de hígado. Cada vez se sustenta más la asociación de la píldora anticonceptiva con el cáncer de seno, principalmente si se toma antes de un primer embarazo a término, donde sufre un riesgo de dicho cáncer en un 40% más que quien no ha tomado la píldora. Si la toma 4 años o más antes del primer bebé, aumenta su riesgo de cáncer de mama a 72%. En Estados Unidos y Canadá actualmente hay serias demandas legales con respecto a un par de anticonceptivos que en Guatemala se promocionan a toda vela, debido a riesgosos efectos secundarios como embolias pulmonares, trombosis venosa profunda, infarto, problemas serios de la vejiga.

Dentro de la pareja que usa anticoncepción oral, la mujer siempre apuesta más…su propio pellejo. No me vengan a decir que el acceso a la anticoncepción es parte de la “equidad de género”.

Dra. Geraldine Veiman E

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