coleoptero

Una cueva de Serra alberga un escarabajo único en el mundo

El "Microtyphlus infernalis" es un diminuto depredador cavernícola que apenas ha evolucionado en los últimos 15 millones de años

Entomólogos del Museo Valenciano de Historia Natural (MVHN) y de la Universidad de Alcalá de Henares (UAH) han descrito una nueva especie de coleóptero cavernícola que, hasta ahora, sólo se ha visto en una cueva de la C. Valenciana. El descubrimiento de este microendemismo arrancó hace seis años a raíz del hallazgo de un ejemplar de este diminuto escarabajo -apenas mide dos o tres milímetros-, en la Cova Soterranya de Serra por parte de un equipo de espeleólogos del museo gestionado por la Fundación Torres Sala.
Los especialistas del MVHN, dirigidos por Alberto Sendra, tuvieron que bajar hasta 10 veces a esta cavidad de más de un kilómetro de recorrido del Parque Natural de la serra Calderona para seguir la pista de este raro invertebrado carnívoro. Después de más de 40 horas de observación, la paciencia de los entomólogos tuvo premio, pues entre los cuatro ejemplares que lograron atrapar en tres años había un macho. Estos, según Sendra, son clave para identificar una especie "debido a la armadura genital" de su exoesqueleto. Tras cinco años de investigaciones, el equipo que forman el museo y la universidad madrileña, liderado por Sendra y Vicente Ortuño, ha concluido que se trata de una nueva especie de insecto que han bautizado como Microtyphlus infernalis. La segunda parte de esta denominación científica alude a su origen subterráneo.
Sendra cuenta que el M. infernalis comparte muchos rasgos con otra especie de coleóptero también única, el Aphaenotyphlus alegrei, descrita por este tándem en la Cova de les Dones de Millares. "Posiblemente comparten un mismo ancestro común, que se quedó aislado en las cuevas kársticas del Caroig y la Calderona a finales del Terciario, después de que la subida del nivel del mar convirtiera esto relieves calcáreos en islas", apunta.
Dicho aislamiento, continúa Sendra, dio lugar a nuevas especies que apenas han evolucionado en 15 millones de años, por lo que "son auténticos fósiles vivientes". Su adaptación al medio subterráneo, donde apenas tiene competidores, ha permitido que este invertebrado condenado a desaparecer sobreviva hasta nuestros días como una reliquia zoológica.