La recuperación del yacimiento requerirá una inversión estimada en 878.324 euros
La zona de El Tendal, en el término municipal de San Andrés y Sauces, tendrá su propio parque arqueológico.
Junto con la cueva de Belmaco, en Mazo, y los grabados de Zarza y la Zarcita, en Garafía, la cueva del Tendal se convertirá en el tercer yacimiento prehispánico de la Isla que cuente con un centro de visitantes, según anunció el consejero de Educación, Cultura y Patrimonio Histórico del Cabildo de La Palma, Primitivo Jerónimo.
Este nuevo parque arqueológico ha recibido el visto bueno del consejo insular de gobierno, por lo que contará para su puesta en marcha con una inversión de 878.324,50 euros.
Ubicado en el barranco de San Juan, cerca del núcleo de Los Galguitos, El Tendal reúne unas condiciones extraordinarias para esta infraestructura, no solo por sus impresionantes valores arqueológicos, sino también debido a su interés botánico (cardonales, palmerales, sabinares y laurisilva) y geológico (existencia de espectaculares tubos volcánicos), según explicó Primitivo Jerónimo.
El responsable insular de Educación, Cultura y Patrimonio Histórico señaló que el extraordinario interés de esta zona está representado por la presencia de la cueva natural de habitación de El Tendal, con unas magníficas condiciones de habitabilidad, que serían ocupadas por un nutrido grupo de benahoaritas. Pero es que, además, la zona arqueológica reúne un conjunto de otros yacimientos prehispánicos.
Se trata de un poblado de cuevas, distribuido por ambas vertientes del barranco, que cuenta con, al menos, 27 cuevas de habitación. A lo que hay que añadir una serie de asentamientos superficiales, que pueden ser paraderos pastoriles o cabañas, emplazados en la parte superior del Cuchillete de San Juan, además de tres necrópolis y una pequeña estación de grabados.
En la cueva de El Tendal se han realizado cinco campañas de excavaciones y junto con otros yacimientos de la isla, lo que ha permitido reconstruir la secuencia cronológica relativa del poblamiento prehispánico insular atendiendo a la evolución en los sistemas decorativos de la cerámica. Los expertos consultados coinciden en destacar que en este yacimiento se han podido contradecir los datos aportados por las fuentes etnohistóricas cuando señalaban que los benahoaritas desconocían la agricultura o que no consumían pescado, al encontrar numerosas semillas carbonizadas de trigo, cebada, habas y lentejas.
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