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jueves, 29 de agosto de 2013

Los cristales gigantes de Naica






A más de 50 grados de temperatura y 300 metros hacia el interior de la Tierra, la serranía de Naica -México- se transforma en un palacio de cristal.









La Cueva de los Cristales de Naica, es uno de los principales atractivos naturales del sureste de Chihuahua, en México. Pero acceder a ella no es una tarea apta para todos los curiosos. La humedad del lugar y las altas temperaturas -de más de 50 grados centígrados- son un precio demasiado alto para acceder a este lugar en el que las entrañas del planeta han quedado convertidas en un palacio de cristal.
Los cristales de Naica se encuentran a unos 300 metros bajo la superficie terrestre y forman un variopinto conjunto de formas. La selenita, un material brillante y transparente conocido también como ‘piedra de luna’, inunda las cavidades de esta cueva que se ha ido formando durante cientos de miles de años en el interior del planeta.
Pero el ser humano no está preparado para admirar tanta belleza: más de dos horas en el interior de la Cueva de los Cristales le supondrían la muerte. Las temperaturas superan en ocasiones los 50 grados centígrados y la humedad del lugar oscila entre el 90 y el 100 por cien. La existencia de la mina de Naica se conoce desde finales del siglo XVIII, en el que se inició su explotación. Pero la verdadera riqueza del lugar está no solo en sus minerales, sino en lo que en ellos se puede encontrar: interesantes restos fosilizados, depósitos y polen adherido a los cristales que pueden contener restos de ADN y permitir un estudio más en profundidad de la evolución en esta zona del planeta.
La gran geoda de paredes rojizas que contiene estos enormes cristales -algunos de más de seis metros de longitud-, se divide en varias secciones con nombres tan atractivos como 'El ojo de la reina' –porque al contacto con la luz artificial sus paredes brillan como un diamante- o 'La cueva de las velas' -porque lo cristales adoptan una tonalidad más perlada, similar a la de las velas-.

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