Un milpiés gigante y carnívoro
El miriápodo ahora identificado vivió hace unos 360 millones de años y medía más de dos metros de largo
Hace pocos días se descubrió el primer milpiés con mil pies. A este inesperado hallazgo se le suma otro nuevo descubrimiento, todavía más sorprendente si cabe: un grupo de paleontólogos ha descubierto un fósil de un milpiés de más de dos metros y medio. Se considera que es el artrópodo más grande que ha vivido nunca.
Se trata de un milpiés del género Arthropleura y vivió hace unos 326 millones de años; es decir, que pobló la Tierra cien millones de años antes que los primeros dinosaurios. El tamaño de este miriápodo es asombroso. Pese a que le falta la cabeza se cree que podría haber medido 2,6 metros de largo, medio metro de ancho y pesado más de 45 kg.
Los paleontólogos creen que este fósil pertenece a un exoesqueleto hueco del milpiés y no al animal en sí mismo. Esta carcasa se habría preservado gracias a estar en el cauce de un río lleno de sedimento arenoso.
Este fósil se encontró de forma totalmente casual. Un paleontólogo que estaba dando una vuelta por la playa inglesa de Northumbria descubrió una gran piedra desprendida de un acantilado. Vio que era un fósil y junto con un equipo de la Universidad de Cambridge han conseguido averiguar de qué se trata. Los resultados han sido publicados en el Journal of the Geological Society.
Neil Davies, paleontólogo de la Universidad de Cambridge y autor principal del estudio, ha indicado a Gizmodo que fue "un hallazgo totalmente casual". De esta manera, con la piedra abierta a causa de la caída "uno de nuestros exestudiantes de doctorado lo vio por casualidad cuando pasaba por allí".
Para trasladar este fósil hicieron falta "cuatro de nosotros con mazos y un taladro neumático para sacarlo", aunque los problemas no se acabaron aquí ya que tuvieron que afrontar "una subida difícil por un acantilado de 20 metros cargando el fósil".
Se trata de un milpiés del género Arthropleura y vivió hace unos 326 millones de años; es decir, que pobló la Tierra cien millones de años antes que los primeros dinosaurios. El tamaño de este miriápodo es asombroso. Pese a que le falta la cabeza se cree que podría haber medido 2,6 metros de largo, medio metro de ancho y pesado más de 45 kg.
Los paleontólogos creen que este fósil pertenece a un exoesqueleto hueco del milpiés y no al animal en sí mismo. Esta carcasa se habría preservado gracias a estar en el cauce de un río lleno de sedimento arenoso.
Este fósil se encontró de forma totalmente casual. Un paleontólogo que estaba dando una vuelta por la playa inglesa de Northumbria descubrió una gran piedra desprendida de un acantilado. Vio que era un fósil y junto con un equipo de la Universidad de Cambridge han conseguido averiguar de qué se trata. Los resultados han sido publicados en el Journal of the Geological Society.
Neil Davies, paleontólogo de la Universidad de Cambridge y autor principal del estudio, ha indicado a Gizmodo que fue "un hallazgo totalmente casual". De esta manera, con la piedra abierta a causa de la caída "uno de nuestros exestudiantes de doctorado lo vio por casualidad cuando pasaba por allí".
Para trasladar este fósil hicieron falta "cuatro de nosotros con mazos y un taladro neumático para sacarlo", aunque los problemas no se acabaron aquí ya que tuvieron que afrontar "una subida difícil por un acantilado de 20 metros cargando el fósil".
¿Por qué eran tan grandes y ahora tan pequeños?
No cabe duda de que el tamaño de este artrópodo es asombroso y totalmente inimaginable en la actualidad. Davies ha apuntado a que este gran tamaño se debería a que este milpiés era un depredador. Así, en su dieta habría otros invertebrados o incluso algunos anfibios.
Otro de los factores que habría propiciado este crecimiento es el pico de oxígeno que experimentó la atmósfera terrestre durante el final del Carbonífero y el Pérmico
Los milpiés actuales, en cambio, son bastante pequeños, nada que ver con esta especie descubierta. Estos miriápodos se habrían ido empequeñeciendo, según Davies, porque "vivían cerca del ecuador, que se volvió cálido y seco durante el Pérmico". Por lo tanto, este clima "cambió la vegetación y es posible que la comida se volviera más escasa".
Junto a la poca capacidad de adaptación, los expertos creen los milpiés no estaban solos y "los primeros reptiles estaban comenzando a dominar los hábitats terrestres", por lo que se habrían enfrentado sin éxito a una mayor competencia por menos recursos.
No cabe duda de que el tamaño de este artrópodo es asombroso y totalmente inimaginable en la actualidad. Davies ha apuntado a que este gran tamaño se debería a que este milpiés era un depredador. Así, en su dieta habría otros invertebrados o incluso algunos anfibios.
Otro de los factores que habría propiciado este crecimiento es el pico de oxígeno que experimentó la atmósfera terrestre durante el final del Carbonífero y el Pérmico
Los milpiés actuales, en cambio, son bastante pequeños, nada que ver con esta especie descubierta. Estos miriápodos se habrían ido empequeñeciendo, según Davies, porque "vivían cerca del ecuador, que se volvió cálido y seco durante el Pérmico". Por lo tanto, este clima "cambió la vegetación y es posible que la comida se volviera más escasa".
Junto a la poca capacidad de adaptación, los expertos creen los milpiés no estaban solos y "los primeros reptiles estaban comenzando a dominar los hábitats terrestres", por lo que se habrían enfrentado sin éxito a una mayor competencia por menos recursos.
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