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viernes, 10 de enero de 2014

El laboratorio sigue cerrado

Botella da un plazo de 24 horas para que se aclare el futuro del Laboratorio de Antropología

El catedrático espera que le digan algo desde la UGR, porque las instalaciones llevan un mes cerradas y ya se han marchado investigadores extranjeros

El día 5 de diciembre los investigadores tomaron la decisión de cerrar el Laboratorio de Antropología de la Universidad de Granada (UGR), en la Facultad de Medicina. Saltó a los medios de comunicación tras el puente de la Inmaculada y un mes después no se ha hecho nada de nada ni quienes podrían solucionar el problema se han puesto en contacto con el catedrático al frente del mismo, Miguel Botella. «Absolutamente ninguna novedad. Esperaré a hoy o mañana a ver si dicen algo y después tomaré una decisión», comentaba ayer el profesor de Antropología Física, que se mostró conciliador, pero que no se explica que esté pasando esto.
El departamento de Medicina Legal, Toxicología y Antropología de la Universidad granadina fue el que decidió cerrar el laboratorio por razones, entre otras cuestiones, de seguridad y salubridad. Los investigadores tuvieron que dejar su labor investigadora y se echó la llave de unas dependencias que no están en condiciones y en las que los científicos y los alumnos han desarrollado una labor que ha conseguido reconocimiento internacional. «Es imposible seguir trabajando en estas condiciones», dijo en diciembre el catedrático.
Impacto internacional
El Laboratorio de Antropología de la Universidad granadina es un centro de referencia a nivel mundial. Las investigaciones que se han desarrollado por algunos de sus especialistas han dado la vuelta al mundo. El centro fue creado en 1971. Desde entonces ha estado en el mismo lugar, según explicaron hace un mes responsables de la facultad. El profesor Miguel Botella es de los que ha participado en numerosas investigaciones con repercusión internacional. Este curso trabajan en el laboratorio más de 30 personas, científicos que desarrollan su labor en investigaciones de una gran relevancia. Y a ellos se suman más de sesenta alumnos.
«Cada día me llegan correos electrónicos de los alumnos preguntando qué pasa», comenta MiguelBotella. «Voy a esperar a hoy o mañana para ver si hay alguna respuesta», repetía el profesor, que no quiere que se moleste nadie –cuando se publicó hace un mes hubo malestar en la institución universitaria–, pero lo cierto es que un centro de referencia mundial lleva cerrado más de un mes. Botella no va más allá hasta saber qué hará el equipo de gobierno de la UGR y de la facultad, pero no se quedará de brazos cruzados. Hoy comienzan las clases de nuevo tras las vacaciones de Navidad. Miguel Botella y el resto de personal científico –que siguen con sus clases, pero sin investigar en el laboratorio– esperan algún movimiento tanto del equipo decanal de la Facultad de Medicina como del Rectorado.
Pendiente del traslado
El catedrático de Antropología relata que no demanda grandes obras: «Pedimos un fregadero, que se pinten las paredes para quitar la humedad y 20 metros en un lugar que no está siendo utilizado», describe el científico. Agrega que es consciente de que dentro de no mucho la facultad y el laboratorio se trasladarán al Parque Tecnológico de la Salud, pero esos meses no pueden seguir trabajando en las instalaciones actuales. «No quiero dinero, solo que me dejen espacio», matiza.
Por el momento, no se ha hecho nada. El laboratorio sigue cerrado y según Miguel Botella algunos jóvenes investigadores extranjeros que estaban haciendo su trabajo en la Universidad granadina, en este centro, se han vuelto a sus países: Chile, Perú, Estados Unidos, entre otros. Este laboratorio, debido a su proyección, es elegido por muchos estudiantes de otros países para desarrollar sus estudios de posgrado y sus investigaciones.
Cuando saltó la noticia, hace un mes, Botella recibió apoyo de muchas facultades y centros de toda España y también de otros países.
El Laboratorio de Antropología de la Universidad granadina reúne la mayor colección de restos humanos de España –más de 5.000 esqueletos– y la mayor del mundo de restos de niños con sexo y edad conocidos. Las investigaciones que se han desarrollado en el mismo han destacado por su técnica y por el uso de las nuevas tecnologías. Han sido requeridos para trabajos de gran impacto y sus programas han sido destacados en revistas de gran impacto y difusión.
Una referencia
Se ha logrado, por ejemplo, métodos de identificación humana mediante análisis de imágenes en 2D y 3D, reconstrucción facial y ósea tridimensional mediante tomografía o la implementación de técnicas de estimación del sexo mediante análisis «multivariante», que permite conocer el sexo a partir de un pequeño fragmento de cualquier hueso del esqueleto.
En el laboratorio se han quedado piezas como el ‘Niño de las Gabias’, que es conocido en Granada –con dicho popular incluido– por su cabeza. Miguel Botella ha participado, y lo sigue haciendo, en proyectos de diferentes países y es requerido para trabajar en programas donde están los mejores en su área de conocimiento.
Eso sí, el laboratorio sigue cerrado y a la espera de que se acondicione.

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