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miércoles, 13 de marzo de 2013

¿Miedo a tu jefe?

Convierte tus temores en la fuerza que necesitas para actuar y mejorar tu día a día en el trabajo



La actual situación del mercado de trabajo puede convertir el día a día en tu empresa en un reto aún más exigente, si cabe. La sombra del despido es alargada, por lo que la posibilidad de cometer errores y recibir quejas de nuestros superiores puede llegar a bloquearte. ¡Aprende a salir airoso del trance!
Si tú también te sientes atemorizado ante tu jefe, piensa que tu actitud no es un caso aislado: son muchos los trabajadores que tienen miedo ante la posibilidad de perder su empleo por sus fallos o su incapacidad de adaptarse a las exigencias del negocio. Por eso, la figura de los responsables puede llegar a ser tan intimidatoria como amenazante. Ante esta situación, no te acobardes: transforma tu desasosiego en un estímulo para ser más productivo.
Sin duda, no es una cuestión que debas pasar por alto, ya que tu actitud puede contribuir a enrarecer y perjudicar el ambiente de trabajo. Y no sólo eso: también puede generarte desconfianza o restarte autonomía, eficiencia o habilidades de comunicación. Para evitarlo, y aunque al principio te resulte difícil, debes procurar acercarte a tu jefe y dejar al lado tus dudas: no hacerlo no sólo implica problemas a la hora de gestionar tu miedo, sino también una visión negativa de tus perspectivas laborales.
Ahora bien, seguro que te estás preguntando cómo ponerle el cascabel al gato (es decir, cómo sobreponerte a tus temores y convertir tus limitaciones en una oportunidad). No te preocupes: aquí tienes unas cuantas indicaciones útiles:
  • Analiza tus miedos. Descubre de dónde vienen, cuáles los motivos que te llevan a experimentarlos y en qué te limitan.
  • Prepárate para combatir a tu enemigo. Analiza qué puedes hacer para enfrentarte a tus temores y plantéate cómo vas a llevar a cabo estas estrategias.
  • Actúa. No te quedes de brazos cruzados: no se puede derrotar a tu adversario sin luchar. Si tu jefe te inspira demasiado respeto, habla con él cuanto antes y pon en marcha el plan de acción que has diseñado.
  • Préstate atención. Una vez roto el hielo, estate atento para identificar nuevos miedos que puedan surgir y anticiparte a ellos.
  • Haz todo lo posible por mejorar profesionalmente. No basta con desempeñar tu trabajo con eficiencia o ser proactivo: también es necesario mimar día a día nuestras habilidades. Cuida de tu formación y actualízala con cursos que te permitan seguir creciendo. Y por supuesto, transmítelo a tus superiores: valorarán tu esfuerzo e implicación, lo que te hará sumar puntos.

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