Hace 30.000 años los hombres primitivos usaron en Tito Bustillo un pigmento con un grano tan fino como el De hoy en día
Las pinturas más antiguas y las mejor preparadas. Esa es quizá la principal conclusión a la que han llegado los expertos que han conseguido descifrar los componentes de algunas representaciones pictóricas de las cuevas de Tito Bustillo (Ribadesella) y del Buxu (Cangas Onís).
“Las pinturas del camarín de las vulvas de Tito Bustillo son las más antiguas, de unos 32.000 o 30.000 años”, explica el profesor de Química de la UNED, Antonio Hernanz, quien por otra parte subraya que pese a ello “son las que fueron realizadas con un pigmento mejor preparado. Es un grano tan fino como el que pueda lograrse hoy día”, indicó este experto que llevó a cabo los análisis de estas pinturas rupestres. El principal componente que se ha localizado es el mineral hematites y tres tamaños granulares: inferior a 1 micra, a 10 micras y a 30 micras. Las conclusiones de este trabajo, presentadas el pasado mes de septiembre en un congreso celebrado en la ciudad italiana de Parma, han sido recientemente publicados en la revista científica Journal of Raman Spectroscopy .
Para este estudio se seleccionaron cuatro pinturas de Tito Bustillo y otras tantas del Buxu. “Hay dos en cada cueva que se pueden relacionar entre sí. Y lo mismo sucede con una del Buxu y otra de Tito Bustillo”, afirmó Hernanz, profesor del Departamento de Ciencias y Técnicas Fisicoquímicas de la UNED. Además de compartir un pigmento de color rojo, en la composición de las pinturas aparecieron restos de huesos calcinados y machacados. “No tienen función como colorante, así que su uso podría responder a algún tipo de ritual”, añadió el prehistoriador de la UNED Mario Menéndez, quien durante años dirigió las excavaciones en el Buxu, cueva en la que hace dos años se localizó una nueva pintura rupestre, la representación de un órgano sexual femenino.
El hallazgo, pendiente de ser publicado será presentado mañana sábado en Ribadesella durante una conferencia en la que Antonio Hernanz, Mario Menéndez y el catedrático de Prehistoria de la Universidad de Alcalá Rodrigo de Balbín, hablarán sobre las relaciones entre los hombres primitivos que ocuparon hace unos 30.000 años las cuevas de Tito Bustillo y El Buxu. “Tenían un territorio marcado por sus actividades y se movían por el, pero aún no sabemos cuantos grupos había ni qué relaciones tenían”, indicó De Balbín respecto a los hombres primitivos que habitaron la cuenca del Sella durante el período del auriñaciense. Tras detectar el mismo colorante en ambos yacimientos, los expertos apostaron por ampliar esos estudios a más cuevas con arte prehistórico de la cornisa Cantábrica.
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