
Ahora mismo, como elementos de control sólo existen los piezómetros que se instalaron en Baríndano durante la realización del Proyecto Hidrogeológico de Navarra, entre 1975 y 1982. "Aquello se hizo hace mucho tiempo y es insuficiente. Ahora, con las sondas y el cableado que se va a colocar, podremos tener información casi a tiempo real mediante una red de control permanente. Veremos cómo varían los niveles, los tiempos de circulación, los caudales..., en definitiva, vamos a tener más información para saber realmente lo que pasa por ahí adentro cuando extraemos el agua", añadió Martínez. La recogida de datos y labores de mantenimiento se plantean con una frecuencia de tres inspecciones anuales, de forma que una de ellas coincida con la época de máximo estiaje.
"Es un trabajo para no dar palos de ciego. El acuífero nunca ha dado problemas, pero si en un momento dado, por ejemplo, hay que incrementar el consumo un 10%, no sabemos si eso haría que algunas de las cavernas se vaciasen de forma irreversible o si no, no tenemos ni idea ahora mismo y es lo que queremos saber", dijo.
Para la instalación de las sondas en interior del acuífero se va a utilizar el acceso que proporciona la red subterránea de la cueva de Basaura (o Basaula), en Urbasa, que ha sido explotada por multitud de espeleólogos a lo largo de los años y de la que se conoce con exactitud hasta cinco kilómetros de galerías.
mucha experiencia El trabajo de campo lo va a realizar en breve el Grupo de Espeleología de Estella, que tiene mucha experiencia en la zona, y "seguramente tengan que hacerlo durante al menos dos campañas, porque cuando el agua está alta hay puntos a los que, parece ser, no se puede acceder. Por lo menos hay que ir en periodo de estiaje y en algún periodo de aguas más altas". Se calcula, además, que en algunos puntos la longitud de cable a instalar superará los 300 metros.
En total, la Mancomunidad va a invertir 66.700 euros en este proyecto que será "lento" en opinión de Martínez. Y es que, se tendrá que analizar la información "durante años" en función de la pluviometría, de la extracción de agua o de las cotas que marque el propio acuífero. "Con esos datos podremos hablar con conocimiento de causa y saber cómo afecta la extracción, si seca algunos puntos o no", agregó el gerente de la entidad.
El propio Martínez reconoció que este es un proyecto curioso a la vez que muy útil. "Un servicio de aguas como es Mancomunidad no sirve sólo para arreglar fugas. Cuanto más conocimiento tengamos de las cosas, muchísimo mejor".
Para poder acometerlo, en la asamblea del pasado viernes, la última de la legislatura, se acordó por mayoría realizar una modificación a los presupuestos de la entidad.
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