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miércoles, 21 de julio de 2010

excavaciones del Montsec

Las excavaciones arqueológicas que se desarrollan en la cueva Colomera, en el municipio de Sant Esteve de la Sarga (Lleida), están proporcionando cuantiosa información sobre las formas de vida, los cambios de clima y las condiciones ambientales de los últimos 7.000 años en la Serra del Montsec.

La cueva está situada en el Congost de Mont-Rebei, un espacio natural propiedad de la Obra Social de Caixa Catalunya, y se ha convertido, por su valor arqueológico, en un referente en el estudio de la ocupación humana desde el Neolítico en las zonas montañosas del interior de Cataluña, según ha informado hoy esta entidad.

Los trabajos arqueológicos, coordinados desde el Seminario de Estudios e Investigaciones Prehistóricas de la Universidad de Barcelona, están documentando cómo era la vida en la zona desde el Neolítico antiguo, hace 7.000 años, hasta la época tardorromana (siglos IV-VII después de Cristo).

Los primeros resultados demuestran que las primeras poblaciones que habitaron temporalmente la cueva tenían un origen o unas influencias claramente foráneas.

Por un lado, durante el Neolítico antiguo, estos grupos formaban parte de los primeros contingentes humanos procedentes del Golfo de León, en Francia, que impusieron en los Prepirineos y en toda la Península Ibérica una economía de producción basada, entre otras actividades, en la domesticación de animales y la producción de cerámica.

Los restos cerámicos asociados con el Neolítico final, además, presentan unos materiales poco habituales en Cataluña y que muestran relaciones o intercambios con poblaciones del Llenguadoc y la Provenza francesa.

De este último grupo se han documentado también herramientas de sílex de un tipo procedente de la región aragonesa de los Monegros y del Midi francés.

Los restos encontrados parecen indicar que los grupos humanos utilizaban la cueva Colomera para estabular los rebaños de ovejas y cabras y además vivían en ella de manera temporal.

Practicaban asimismo la caza y la recolección de frutos silvestres diversos.

La cueva siguió utilizándose como establo de ganado y como almacén de excedentes agrícolas durante la edad de Bronce (entre hace 4.000 y 3.400 años).

De esta época se han hallado también restos de vasos cerámicos utilizados para guardar líquidos y para cocinar, puntas de flecha de hueso y restos de huesos animales, como ovejas, ciervos y perros, que aparecen cortados y cocidos.

Por último, la cueva también fue utilizada entre los siglos IV y VII después de Cristo y todo parece indicar que sirvió como escondite de grupos humanos procedentes del vecino Àger.

Entre los materiales de este período se han encontrado vasijas procedentes del sur de Francia y del norte de África, fragmentos de ánforas y lujosos vidrios.

La última documentación de visitas antiguas a Colomera se ha realizado a partir de inscripciones realizadas en algunas paredes de la cueva, que revelan estancias entre los años 1750 y 1900.

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