.

.

lunes, 8 de marzo de 2010

Un nombre propio

Victorino Alonso, detrás del expolio de Chaves y la A-22


La destrucción de la cueva de Chaves y parte de las obras de la autovía Pamplona-Huesca-Lérida tienen detrás el mismo nombre: Victorino Alonso. Según recordó ayer el colectivo Ecologistas en Acción, la empresa Fimbas es propietaria de la finca de Casbas de Huesca, que acabó con el que hasta ese momento era uno de los yacimientos neolíticos más importantes de España. Su administrador es Antonio Francisco de la Fuente Vidal, responsable de varias compañías de Alonso, al que diferentes organizaciones han señalado como propietario real de los terrenos. El empresario, emparentado con José Antonio Alonso, portavoz del PSOE en el Congreso, está también detrás de Ferpi, responsable de algunos tramos de la autovía en suelo aragonés, según denunció ayer el coordinador de esta agrupación, Chesús Ferrer, que volvió a criticar la "pasividad" del Gobierno de Aragón frente a la actuación, tal y como adelantó ayer Radio Huesca.

Ferrer lamentó que ni desde Patrimonio ni desde Medio Ambiente se haya procedido a tomar medidas firmes ante esta situación, y sugirió que la relación entre el empresario y la administración podía tener alguna relación. En esta sentido, reclamó la "inmediata expropiación" de la cueva, "que se está utilizando como pesebre por los mismos que la destruyeron".

Cuando se descubrió la destrucción del yacimiento, hace ahora un año, Fimbas acumulaba ya alrededor de quince denuncias en materia medioambiental, por las que había sido sancionado en distintas ocasiones. La introducción de una especie alóctona, no obstante, fue la que dio pie al departamento para ordenar el cierre de un coto que la compañía había procedido a cercar, pese a estar en parte dentro del Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara y acoger los restos neolíticos.

Por otra parte, Patrimonio presentó una denuncia en cuanto tuvo conocimiento de la destrucción del yacimiento. Fimbas extrajo, con maquinaria y sin autorización, unos 7.000 metros cúbicos de tierra y vació la zona, al que arqueólogos de todo el país acudían a profundizar en la investigación del neolítico. De hecho, la consejera de Educación, Cultura y Deporte, María Victoria Broto, manifestó hace solo unos días que la cueva estaba protegida antes de su expolio, algo que los ecologistas han cuestionado, recordando que se tardó más de un año en detectar la destrucción.

No hay comentarios: