El valle de Lastur se desarrolla al pie del macizo de Izarraitz, entre las cumbres de Andutz, Garmendi, Gaztelu, Gaintzipintza , Kalakuz, Arbill y Lizarreta. Todas ellas cotas de más de 500 m de altitud, por lo que no ha de extrañarnos que la tradición popular dijera antaño que era un valle que parecía encontrarse por debajo del nivel del mar. Alineado en dirección SE-NW, se sitúa entre las cuencas del Urola y del Deba. Lastur es un valle de origen kárstico. Es una depresión cerrada y encajada de una longitud de 3,5 Km y una anchura media de 0,5 Km de cuenca endorreica.
El valle de Lastur está situado dentro de un gran macizo calizo como es el de Izarraitz. Una de las características de las zonas calizas es que la mayor parte de las corrientes de agua son endokársticas (circulan por el interior y apenas hay ríos y regatas superficiales). Presenta sin embargo un tramo activo (erreka o regata de Gaztañaga) que traspasa el barrio de Lastur para infiltrarse en los sumideros de Abeletxe y Ubitxa.
Molinos de Plazaola
El idílico valle de Lastur es un paisaje de alto valor natural, paisajísitico, etnográfico e histórico. Presidiendo el valle se encuentra el barrio de San Nicolás de Lastur, con su ermita, su pequeña plaza, los molinos y la taberna.
Los molinos de Plazaola, situados frente a la plaza, representan una verdadera reliquia patrimonial, ya que antes de su transformación en molinos fueron importantes ferrerías.
En el año 1.335 consta que el rey Alfonso XI, a petición de las ferrerías del valle de Lastur y otros valles de la comarca, expidió una cédula en la que entre otros privilegios autorizaba la tala de árboles en los montes próximos, para su transformación en carbón con destino a ellas.
Los molinos, en perfecto estado de conservación y funcionamiento, pueden ser visitados por el público. Durante la visita, los molinos se ponen en marcha haciendo una demostración de la molineda del grano, tal y como se realizaba hace siglos. Se puede adquirir harina in situ.
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