El arte es una de las manifestaciones humanas más genuinas. Las pinturas rupestres que adornan las paredes de la Cueva de Nerja, datadas hace 20.000 años, tuvieron ayer su continuidad con el Primer Concurso de Pintura Rápida celebrado en el interior de la majestuosa gruta, en el que tomaron parte un total de noventa artistas.
«El arte es una vocación, no se hace por ningún interés, y es uno de los rasgos más característicos de la especie humana, desde la época del Solutrense», reflexionó ayer el pintor José Guevara, presidente de la Asociación Nerjeña de Arte (Aneda) e impulsor de esta iniciativa, que considera «pionera en todo el mundo». «Es la primera vez que se celebra un concurso de pintura rápida en el interior de una cueva turística», añadió el gerente de la Fundación que gestiona el monumento natural, Ángel Ramírez.
La respuesta de los asistentes fue entusiasta. «Para mí ya ha sido todo un privilegio y un gran premio poder pintar dentro de esta maravilla natural», confesó Blanca Brito, argentina de nacimiento pero afincada en Nerja desde hace una década. Junto a ella, su amiga Susan Ball, británica, se afanaba, a pocos minutos de las 14.00 horas, por dar los últimos retoques a su obra, un lienzo de 55x46 centímetros en el que plasmó su visión de la Sala del Ballet, con la enorme columna, testigo cada verano de los Festivales de Música y Danza de la Cueva.
En el abanico de las obras presentadas se incluyeron todos los estilos y técnicas, pero el jurado tuvo que elegir dos premios entre los mayores de 18 años y otros dos entre los menores. El antequerano José Antonio Gómez Valderrama fue el ganador absoluto y se embolsó 2.000 euros. Segundo fue José Luis Encabo (1.000 euros). Pablo Fernández, de diez años, se llevó 600 euros, y Enrique Luis Puerta, 400 euros.
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