Moià al oso de las cavernas

Sera el primero a nivel Europeo dedicado al oso de las cavernas

El municipio cuenta con uno de los yacimientos más importantes para el estudio de este mamífero, extinguido hace unos 10.000 años y que llegó a medir tres metros erguido

El museo del oso de las cavernas de Moià, el primero de Europa especializado en esta especie extinguida desde hace 10.000 años, toma forma. El anteproyecto ha sido redactado por el Institut Català de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES). Las cuevas del Toll y de las Toixoneres en el municipio del Bages son uno de los yacimientos más importantes para el estudio de esta especie.

El oso de las cavernas (Ursus spelaeus) es una especie que vivió durante el Pleistoceno superior en buena parte de Europa des de el sur de Inglaterra hasta el Cáucaso; según el IPHES apareció hace unos 250.000 años y se extinguió hace unos 10.000 años. Las cuevas del Toll son uno de los puntos de la Península Ibérica donde se han recuperado más restos del mamífero, mientras que paralelamente, la Cueva de las Toixoneres, también en Moià, se ha confirmado como uno de los principales yacimientos de fauna pleistocénica con restos de ocupaciones neandertales en Catalunya.

El oso cavernario es una de las especies prehistóricas más conocidas y una de las más grandes que han existido, ya que superó los 130 centímetros a cuatro patas y más de tres metros erguido. Habitó en Europa en la época de los neandertales y al parecer convivieron poco con lo Homo Sapiens. La extinción de la especie se estima causada por el gran descenso de las temperaturas tras una época de temperaturas tórridas y variables, lo que propició la desaparición progresiva de la vegetación, alimento básico del oso cavernario que, contrariamente a los osos pardos de hoy en día no eran omnívoros.

El municipio de Moià ha explotado con éxito todos los hallazgos arqueológicos en su término municipal como muestran los 20.683 visitantes, en su mayoría público escolar, que durante 2008 visitaron las cuevas del Toll. Si a estos se suman los visitantes de la casa natal de Rafel de Casanova, donde está ubicado el Museu Arqueològic de Moià y la exposición dedicada al ilustre catalán, la cifra asciende hasta los 29.335