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martes, 10 de febrero de 2009

Temor y una confusa sensación lúgubre:

Estos son los sentimientos que por regla provocan los murciélagos en los humanos. Y sin embargo, al conocer a estos seres más de cerca, vemos lo poco que conocemos su esencia real. En la práctica estas frágiles criaturas no tienen nada que ver con nuestra imaginaria noción de unos seres sanguinarios y agresivos.
Pocas personas saben que los murciélagos se alimentan con insectos perniciosos exclusivamente. En Bulgaria se dan 33 del total de 35 especies de murciélagos registradas en Europa. Felizmente la población de estos mamíferos voladores en nuestra tierra se mantiene relativamente alta en comparación con los demás países europeos.
A pesar de todo, la preservación de los murciélagos es en Bulgaria tarea prioritaria, y en los últimos 50 años los científicos han venido informando con alarma que su población va disminuyendo. Si bien hace medio siglo habitaban determinada cueva unos 200 murciélagos, hoy de esa nutrida colonia se habrán conservado no más de 40 a 50 ejemplares.


Por esta razón en el Centro de Estudios y Protección de los Murciélagos, adscrito al Museo de Historia Natural, fue creado un método especial para su preservación. Lo utilizarán más que nada los expertos que valoran el impacto de la actividad humana en el medio ambiente. Al aplicar las recomendaciones recogidas en ese método se logrará proteger mejor a los murciélagos al realizar diversos proyectos de inversión.
“Las medidas recogidas en ese método no son difíciles de aplicar y se pueden llevar a la práctica sin mayores problemas, explica el biólogo Boyan Petrov, uno de los autores del método en cuestión. Nuestro propósito no es paralizar proyectos sino garantizar de modo eficaz la supervivencia de este mamífero. En los clubes de formación espeleológica enseñamos cómo tratar a los murciélagos, qué tipo de iluminación utilizar al entrar en una cueva, en qué cámaras de la cueva no entrar para no perturbar a los murciélagos, etc. Somos particularmente activos en la elaboración de planes de gestión de grutas adaptadas para visitas. En Bulgaria hay 10 grutas de estas características. Nueve de ellas están abiertas al público, y se están realizando obras para adaptar otras más para fines turísticos y cognoscitivos.
En palabras del biólogo, en estos momentos se registra una disminución progresiva de las poblaciones de murciélagos debido a la fuerte presión humana contra esos seres. En los últimos dos decenios el desarrollo económico de Bulgaria ha sido siempre a expensas de la diversidad biológica. Por esto las protestas cívicas y de organizaciones ecologistas van cobrando fuerza y amplitud. En casi todo el país, al valorar el impacto de diferentes proyectos en el medio ambiente, no se incluye un estudio de su efecto para los murciélagos.



El mayor factor de riesgo para los murciélagos somos los seres humanos y el cambio del paisaje, agrega Boyán Petrov. Cabe agregar también los cambios que sufren las zonas húmedas. Cuando éstas son contaminadas por la producción industrial, disminuyen las colonias de insectos en ellas y esto causa escasez de alimentos para los murciélagos. Por eso, como hemos dicho, consideramos que la mayor amenaza para estos mamíferos alados es la actividad humana. Las sequías como cambio climático también se deben a la actividad humana. Los humanos somos enemigos de los habitáculos de los murciélagos y con frecuencia éstos se concentran en colonias excesivamente grandes, sobre todo en invierno, cuando se juntan a millares en una cueva por ejemplo, los cual hace que sean extremadamente vulnerables. Una visita turística a la cueva en esta temporada, con antorchas, gritos y comportamiento que raye en el vandalismo, podría destruir una población entera de murciélagos en pocos minutos”.
En las ciudades la población de murciélagos suele ser relativamente grande y variada, sobre todo en Sofía, explica el biólogo Boyán Petrov. Las áreas verdes de la capital búlgara y las características arquitectónicas de esta ciudad ofrecen múltiples habitáculos para estos mamíferos voladores. Suelen penetrar debajo de los tragaluces, en las juntas de las fachadas de los edificios de apartamentos, en el recubrimiento hecho de madera de algunas viviendas, etc.
En los centros poblados, los murciélagos suelen eliminar gran cantidad de insectos, tales como moscas, mosquitos, mariposas dañinas, etc. Son un regulador natural del número de estos insectos en el entorno urbano y natural.
“De no ser por los murciélagos, tendríamos el doble de zancudos a nuestro alrededor”, afirma, categórico, Boyán Petrov. Recientemente en la biblioteca del Instituto de Zoología los científicos capturaron un murciélago de una especie septentrional ajena hasta ahora a la fauna de la capital búlgara Sofía.
Los murciélagos se adaptan al entorno urbano, dice el biólogo, pero su habitat natural son, más que nada, las montañas, los bosques, las zonas cársticas, las grutas. Los murciélagos se adaptan al entorno con relativa facilidad y se han enterado de que los edificios de viviendas también pueden ofrecerles condiciones para sobrevivir, lo cual sin embargo no significa que la ciudad sea su habitat predilecto. No obstante hay especies de murciélagos a las que el entorno urbano les agrada por su clima. En Sofía tenemos una especie que en verano y otoño vive en la montaña Vitosha, en los pinares y los bosques de picea, a una altitud mayor de 1500 metros sobre el nivel del mar, pero en invierno baja a la ciudad atraída por sus características climáticas, más apropiadas para invernar. Tal migración vertical de esta especie de murciélagos registramos cada año”.
Por Darina Grigorova

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