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sábado, 21 de febrero de 2009
Decálogo ético para la visita de bosques
El aumento de las visitas a espacios naturales ha provocado la proliferación de malas prácticas en el campo. Una decena de asociaciones vinculadas con la defensa de la naturaleza apoya este decálogo ético para la visita y conservción de los árboles y bosques monumentales silvestres.
1 Consideración legal y ética. Todo árbol o bosque monumental que ha sobrepasado cierta edad -por la simple protección del olvido, el desconocimiento, la inaccesibilidad o el respeto- debería tener una consideración legal y ética, que sirviera para garantizar de forma efectiva su protección.
2 No publicitar la localización. La divulgación de la localización de árboles y bosques monumentales silvestres puede hacerlos vulnerables y los deja indefensos frente a visitas masivas y planes irresponsables de desarrollo turístico. Se recomienda no publicitar localizaciones GPS, itinerarios o indicaciones demasiado exactas.
3 Restringir las visitas. Cuando se produzca la divulgación de la situación exacta de estos árboles, deberán establecerse previamente las condiciones oportunas de visita. Si no ha sido así, convendría acentuar de forma inmediata la vigilancia y restringir el número de visitas al ejemplar como forma de minimizar en lo posible los efectos que pudiera acarrear el aumento de la presión.
4 No favorecer las visitas en grupo. Las empresas privadas con fines comerciales no deberían publicitar y vender este patrimonio al margen de una estricta regulación imprescindible para conservar este legado. No deberían favorecerse ni anunciarse las visitas en grupo.
5 Seres frágiles. Estos árboles y bosques pueden resultar extraordinariamente frágiles y sensibles a los cambios repentinos en su entorno, a las agresiones a su sistema radicular e incluso a las visitas que trepan y pisan reiteradamente las raíces del cuello, así como a los actos vandálicos como las marcas en la corteza.
6 Pequeños grupos. Si se asume la responsabilidad de acercarse a conocer estos árboles o bosques excepcionales es importante hacerlo en solitario o en un grupo reducido y contar con el conocimiento de la Administración responsable y la autorización del propietario.
7 Visitas a pie. Las visitas a estos lugares deberían hacerse a pie, evitando por completo el acercamiento en vehículos motorizados que distorsionan el entorno y banalizan la percepción del valor de estos árboles y ecosistemas.
8 Obra pública. La construcción y adecuación de senderos o pistas de acceso, incluso bajo el lema del ecoturismo, pueden acarrear la pérdida o deterioro del patrimonio que se pretende explotar, además de alterar drásticamente la estética y el equilibrio del ecosistema.
9 No recolectar material vegetal. Debería prohibirse la recolección de material vegetal y de cualquier elemento del árbol y del entorno, incluida tierra, madera caída o materia orgánica de los troncos en descomposición. Es de difícil justificación la perforación de estos árboles con barrenas Pressler para determinar su edad.
10 La regla de oro. La regla de oro, en todo caso, ha de ser no dejar huella. Estos lugares y sus inmediaciones, idealmente, tendrían que encontrarse incluso libres de indicadores, marcas o carteles que desvirtúan el paisaje y resultan de dudoso gusto.
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